Carta de Ted Kaczynski a J. A.[i]
No tengo los conocimientos
técnicos para valorar o criticar el informe Meadows1 ni los otros
materiales que usted me envió y que predicen una grave crisis de la
civilización tecnológica en un futuro cercano debida al agotamiento de los
recursos. Sin embargo, no puedo asumir que esas predicciones sean acertadas. La
mayoría de las predicciones acerca del futuro de las sociedades son
especulativas y poco fiables. (“La gente predijo la caída del Partido Comunista
Chino en 1989 y ésta no ocurrió. ... La gente no predijo la caída de la Unión
Soviética en 1991 y ésta sucedió.”2). Y hay otra gente que hace
predicciones muy diferentes de las de usted. Por supuesto, no hay duda de que
el mundo se está encaminando hacia dificultades económicas y medioambientales
muy graves pero no estoy convencido de que éstas en un futuro próximo acarreen
una crisis tan grave como la que usted y otras personas predicen.
Sin embargo,
supongamos que, en términos puramente económicos y medioambientales, la
crisis sea tan grave como sugieren los
materiales que usted me envió. Aun así, creo que no es nada aconsejable
predecir que el sistema tecnológico sufrirá un colapso pronto. Es relativamente
sencillo dibujar gráficos que muestren ciertas tendencias cuantitativas
(agotamiento de las reservas de petróleo, etc.); es mucho más difícil prever
cómo reaccionará una civilización, en términos sociales, políticos y
organizativos, a los sucesos cuantitativos predichos por los gráficos.
En cualquier
situación conflictiva uno de los errores más peligrosos que se pueden cometer
es subestimar la fuerza del adversario.3 Por lo general es mejor
sobreestimar su fuerza. La subestimación de la fuerza del adversario lleva a la
confianza exagerada y a la disminución del esfuerzo propio, lo cual es una fórmula
segura para acabar siendo derrotado.
Si usted
predice que el sistema tecnológico pronto se colapsará, está usted animando a
los oponentes del sistema a que simplemente paren, se relajen y esperen a que
se produzca ese resultado. Pero entonces, ¿qué pasará si usted se equivoca y el
sistema sobrevive a la crisis?
En mi
opinión, el sistema es mucho más fuerte de lo que usted piensa. Yo creo que, a
medida que las dificultades económicas se vayan haciendo cada vez más graves,
el sistema reaccionará explotando los recursos de la Tierra cada vez más
imprudentemente con el fin de mantenerse vivo. Al final, el sistema colapsará, pero para entonces probablemente
habrá devastado la Tierra de un modo tan exhaustivo que nuestro planeta ya no
será habitable para los seres humanos ni para ninguna otra forma de vida
compleja. El único modo de evitar esto es precipitar el colapso del sistema
mediante la acción revolucionaria antes de que vuelva inhabitable nuestro
mundo.
Escribe
usted: “Confío bastante en que los problemas de producción de energía a los que
nos estamos enfrentando (y a los que nos enfrentaremos) obligarán a abandonar
cualquier sueño acerca de la inteligencia artificial avanzada y de lograr un
mundo más tecnológico del que experimentaremos en esta década”.
Creo que se
equivoca usted. Yo pienso que la escasez aguda de energía y de otros recursos
será un estímulo y un incentivo para el desarrollo de la inteligencia
artificial y de los robots, y que conllevará la inversión de más recursos en
esas áreas de investigación. Los seres humanos son muy caros de mantener y, en
muchos aspectos, son unos componentes ineficientes del sistema tecnológico. Hay
que alimentarlos, vestirlos, alojarlos, entretenerlos, educarlos y
disciplinarlos; tienen multitud de necesidades emocionales que son
inconvenientes para el sistema. A medida que se vaya haciendo progresivamente
más difícil encontrar recursos para mantener a siete mil millones de seres
humanos, el sistema se verá más y más impelido a tratar de desarrollar
ordenadores y robots que puedan reemplazar a los seres humanos; y mientras, los
seres humanos que vayan volviéndose superfluos serán tratados cada vez más
despiadadamente. Aquí, en los Estados Unidos, ya estamos viendo los comienzos
de esto último: ancianos, a los que las grandes empresas o los gobiernos
(municipales, estatales o federales) les prometieron una pensión o asistencia
sanitaria y que planearon sus vidas asumiendo que esas promesas serían
cumplidas, están perdiendo esos beneficios o los están viendo seriamente
recortados debido a las presiones económicas actuales.4 Por tanto,
yo creo que las dificultades económicas y medioambientales del sistema
acelerarán la progresiva eliminación de los seres humanos y su sustitución por
ordenadores y robots.
Por supuesto,
estas predicciones son siempre inciertas. Pero su predicción de que los
problemas económicos y medioambientales detendrán pronto el progreso
tecnológico es igualmente incierta; de hecho, yo creo que es improbable.
Por consiguiente,
sostengo que la crisis que se avecina no debería ser vista como un suceso que
nos salvará de la tecnología. En vez de eso debería ser presentada como una oportunidad para echar abajo el sistema
tecnológico mediante la acción revolucionaria. Con la llegada de una crisis
económica y medioambiental que inhabilite gravemente al sistema, un movimiento
revolucionario bien organizado y eficaz debería ser capaz de dar el golpe de
gracia que eliminase definitivamente la civilización tecnológica.
Sin embargo, el
momento de comenzar a organizar un movimiento revolucionario es ahora. Si esperamos más probablemente
será ya demasiado tarde.
NOTAS
1. Donella Meadows, Jorgen Randers y
Dennis Meadows, Limits to Growth: The
30-Year Update, White River Junction: Chelsea Green Publishing Company, 2004.[ii]
2. James Fallows, “Arab Spring, Chinese
Winter”, The Atlantic, septiembre
2011, pág. 58 (citando a Perry Link).
3. De
Lao Tze (también conocido como Lao tzu o Lao Zi): “El mayor desastre es
subestimar al enemigo; subestimar al enemigo hará que pierdas todos tus
ejércitos”. Xiaolin Yang e
Irene Yang, Lao Zi: A Modern Chinese and
English Translation, Infinity Publishing, Haveford, Pennsylvania, 2002,
capítulo 69, pág. 139.
4. Por ejemplo, USA
Today, 20 de julio, 2011, pág. 3ª (pie de foto); “El fin de la era de los
derechos”, The Week, 29 de julio,
2011, pág. 12; Dennis Cauchon, “Federal Benefits, pensions explode” y “Benefits
are hard-earned, say military retirees”, USA
Today, 29 de septiembre, 2011, págs. 1A y 4A.
[i] Traducción a cargo de
Último Reducto de un fragmento de la carta original del 27 de junio del 2012. © 2012, Theodore
John Kaczynski. © para la traducción, 2017, Último Reducto. N. del t.
[ii] Existe traducción en
castellano: Los límites al crecimiento 30
años después. Galaxia Gutemberg, 2006. N.del
t.