Hace ya varios años (2013) un anarquista vegano envió varios
correos electrónicos a Último Reducto haciendo varias preguntas y críticas
acerca de las ideas de Ted Kaczynski y de Último Reducto. A continuación se
ofrece una adaptación de las repuestas dadas por Último Reducto a algunas de
dichas preguntas y críticas que pueden resultar de interés para los lectores de
este blog y servir, de momento, para
aclarar ciertos aspectos acerca de las ideas tanto de Ted Kaczynski como de
Último Reducto:
- Preguntas cuáles son mis ideas respecto a “cosas como la
civilización, las sociedades de masas, la tecnología, la decadencia de la
humanidad, etc.”. Odio la civilización, las
sociedades de masas y la tecnología moderna. Creo que somos una especie
genéticamente adaptada por la evolución a vivir en pequeños
grupos nómadas de cazadores-recolectores, por lo que no estamos en
absoluto adaptados para vivir en sociedades grandes y complejas ni para cumplir
con sus exigencias (cooperación, solidaridad y relación pacífica y amistosa con
desconocidos, aglomeración poblacional, ruidos, excesivas normas de conducta y
restricciones, exceso de comodidades, condiciones que generan la frustración de
muchas necesidades psíquicas, etc.) y de ahí muchos de nuestros problemas
actuales (especialmente los trastornos psicológicos y las conductas
antinaturales cada vez más abundantes entre la población moderna). Otros muchos
problemas son efectos inevitables del gran tamaño, de la complejidad y/o la
propia naturaleza de la tecnología moderna y de la sociedad industrial que ésta
mantiene: destrucción de ecosistemas salvajes, contaminación, interferencia en
los mecanismos de autorregulación de los sistemas no artificiales, progresiva
sustitución de dichos sistemas por sistemas artificiales (incluida la
progresiva sustitución de los seres humanos por máquinas), etc.
Pero igualmente odio la mayoría de las formas presuntamente
rebeldes en que algunos pretenden estar combatiendo esta sociedad y sus
problemas. Odio el humanismo (entendido como toda corriente que ensalce
"lo humano", "la humanidad" -que normalmente confunde, no
por casualidad, con "lo civilizado"-), ya que desprecia lo salvaje y
antepone siempre "lo humano" al resto. Odio el progresismo,
entendido como toda aquella corriente que defiende alguna noción de
"progreso" (creencia en que el desarrollo es algo incuestionablemente
bueno), ya que con sus buenas intenciones favorece la expansión del mal
(el desarrollo del sistema tecnoindustrial). Y odio el izquierdismo, entendido
como toda corriente que tenga como valores y objetivos fundamentales la
igualdad, la solidaridad, la paz, la justicia, etc. (ejemplos: anarquismo,
comunismo, socialismo, luchas por los derechos de grupos supuestamente
oprimidos -mujeres, inmigrantes, homosexuales, animales, trabajadores, minorías
étnicas, etc.-). El izquierdismo es la forma de humanismo más
habitual hoy en día, ya que en realidad defiende valores beneficiosos para el
mantenimiento y desarrollo del sistema tecnoindustrial. Y no sólo odio el
izquierdismo porque defiende, de forma más o menos explícita, los valores y
objetivos del propio sistema tecnoindustrial, sino porque está sirviendo de
mecanismo para anular y desactivar la posible auténtica rebeldía en contra del
sistema. Está atrayendo a gente potencial o realmente inquieta, rebelde y
crítica que o bien acaba abrazando valores, ideas y objetivos que no son los
verdaderamente suyos y que en realidad ayudan a aquello que en un principio
querían combatir, o bien acaba frustrada y desencantada y deja de rebelarse.
Por ello no me siento identificado con la mayor parte del ecologismo, ni con la
mayor parte de quienes dicen cuestionar la sociedad industrial, el progreso y
la tecnología moderna, ya que lo suelen hacer desde posicionamientos
izquierdistas, humanistas e, irónicamente, progresistas. O, como mínimo, suelen
tener tal cacao mental que mezclan valores correctos, como el respeto a la
autonomía de lo Salvaje o el amor por la Naturaleza, con los valores y
objetivos del sistema tecnoindustrial (los valores y luchas
humanistas, progresistas e izquierdistas).
- Dices que no crees que un grupo reducido de personas puedan hacer
el más mínimo daño al sistema tecnoindustrial. Es una pena que mucha
de la gente que realmente odia el sistema tecnoindustrial crea que es imposible
destruirlo y/o esté manifestando su muy justificada rebeldía de forma
ciertamente ineficaz. Hasta cierto punto, precisamente esa actitud
derrotista y esa desorientación en los valores y objetivos están dificultando
mucho el surgimiento de un movimiento realmente rebelde y eficaz que pueda
tener, llegado el momento, alguna opción de destruir el sistema. Si el sistema
no se puede destruir, es en buena medida (aunque no sólo por eso) debido a que
la mayoría de quienes deberían combatirlo no creen que sea posible y/o dedican
sus esfuerzos a luchar por alcanzar los fines equivocados (fines compatibles
con la supervivencia del sistema; o incluso beneficiosos para su mantenimiento
y desarrollo).
- En cuanto a que la gente no va a entender lo que Ted Kaczynski dice
y que los izquierdistas lo van a tergiversar en su contra, te diré lo siguiente
(es mi opinión, aunque creo que Kaczynski te diría algo parecido con otras
palabras). Lo importante no es lo que los izquierdistas o aquellos que se dejan
influir por ellos digan de nosotros (de Ted Kaczynski o de Último Reducto, por ejemplo),
sino que se mantengan alejados del potencial movimiento contra la sociedad
tecnoindustrial que desearíamos que surgiese. Y para ello, está bien marcar
claramente los límites e incluso dar un discurso incompatible con el izquierdismo
que "espante" a los izquierdistas, aunque ello haga que nos odien y
vilipendien (mejor eso que tenerlos "a favor", contaminando,
absorbiendo y apropiándose de nuestro discurso). Quienes sean realmente
inteligentes y válidos y no compartan los valores y la actitud izquierdistas
siempre encontrarán el modo de no caer en las mentiras del izquierdismo (o de
acabar desvelándolas y deshaciéndose de ellas) e incluso entrar en contacto con
otros individuos similares y con sus ideas (como por ejemplo, con las de Kaczynski).
Además, nuestro propósito no es llegar a cualquiera, a las masas, sino a
aquellos individuos que podrían estar realmente interesados en nuestras ideas
porque, en cierto modo, ya las comparten y han llegado a ellas por su cuenta, ya
que sería entre esa minoría donde se hallarían los potenciales miembros de un
movimiento realmente contrario al sistema tecnoindustrial. Lo peor que nos
pueden llamar los izquierdistas no es sexistas, fascistas, racistas, homófobos,
derechistas, etc. -eso lo hacen con cualquiera que no les siga la corriente-, sino
"compañeros" (y muchos lo hacen; especialmente muchos anarquistas
presuntamente contrarios al sistema tecnoindustrial pero fuertemente
influenciados por ideas y valores izquierdistas, e incluso involucrados en
luchas izquierdistas).
Por otro lado, acabar con el izquierdismo no es nuestro objetivo. Atacamos
el izquierdismo sólo porque es un requisito imprescindible para tratar de
mantener sano, centrado y eficaz el potencial movimiento contrario al sistema
tecnoindustrial. El objetivo es destruir el sistema tecnoindustrial no el
izquierdismo. A éste es suficiente con mantenerlo alejado de dicho movimiento.
- En cuanto a lo que dices acerca de que la opinión de Ted Kaczynski
en contra del veganismo y del movimiento por los derechos de los animales es
equivocada, yo estoy de acuerdo con los argumentos de Ted, o sea que el
veganismo ayudaría al sistema a sobrevivir y que la lucha contra la explotación
de los animales desvía la atención y las energías del objetivo prioritario:
acabar con la sociedad tecnoindustrial.
El veganismo (me refiero aquí sólo a la dieta vegana, que es la
acepción más habitual de "veganismo", no al modo de vida vegano) es
energéticamente más eficiente que el omnivorismo. Es pura termodinámica. Si se
eliminan eslabones en la cadena trófica, se reducen las pérdidas de energía, es
decir, aumenta la eficacia en el aprovechamiento energético del alimento. Esto
quiere decir que si todo el mundo se hiciese vegano se ahorraría mucho
alimento, y con ello mucha de la energía y materiales necesarios para
producirlo. O dicho de otro modo (y mejor dicho), al desviar o sustituir para
el consumo humano directo el alimento que ahora se cultiva para alimentar a los
animales de granja, se podría alimentar a mucha más gente con el mismo gasto de
energía y materiales. Esto no lo digo sólo yo, ni ciertos científicos, lo dicen
la mayoría de los propios veganos (es uno de sus principales argumentos, aparte
de los motivos éticos). Es decir, la generalización del veganismo ayudaría a la
sociedad tecnoindustrial a ahorrar energía y materiales, o más bien, a usarlos
más eficientemente para poder así mantenerse e incluso crecer. Y de hecho, cada
vez se escuchan más voces en los medios reivindicando la generalización de una
dieta vegetariana (e incluso vegana) en base a este argumento. Y si alguna vez
el vegetarianismo, o incluso el veganismo, se generaliza, lo hará por este
motivo (porque las circunstancias de escasez y superpoblación obliguen a la
sociedad tecnoindustrial a adoptarlo para poder sobrevivir; algo que, en gran
medida, ya pasó en la India hace miles de años), no por motivos éticos (éstos
podrían ser usados después para justificar y mantener ideológicamente dicha
adopción -esto es lo que las sociedades hacen siempre con la moral-, pero es
muy poco probable que la provocasen por sí mismos).
Dices que es más importante y prioritaria la abolición de la
esclavitud de los animales que la eliminación del sistema tecnoindustrial.
Discrepo profundamente. Y no porque crea que la esclavitud de los animales no
es algo que esté mal, sino por los dos siguientes motivos meramente
prácticos:
+ Si
el sistema tecnoindustrial sigue adelante llegará un momento en que no quede
prácticamente nada sin dominar, pervertir o destruir en este planeta. Si el
sistema sigue adelante llegará un momento en que hablar de la libertad (de los
animales no humanos o de los seres humanos) carezca de sentido, porque será
imposible vivir libres en semejante mundo hipertecnologizado. Los ecosistemas
salvajes habrán desaparecido completamente, junto con muchas de las especies
que los componen. ¿Dónde podrán vivir libres los animales en dicho mundo? Las
personas (y con ellas probablemente los animales domésticos) serán
completamente dependientes de la tecnología moderna para mantenerse vivos, en
caso de que aún no hayan sido sustituidos completamente por máquinas. ¿Cómo
podrán ser libres en esas circunstancias? La libertad depende de que las
circunstancias la hagan posible, por eso es más importante y urgente tratar de evitar
que las circunstancias que la hacen posible desaparezcan completa y
definitivamente en un futuro que tratar de liberar a los individuos (humanos o
no) ahora.
+ Perseguir
fines loables pero imposibles nos desvía de fines que sí son posibles (y no
menos loables). Destruir el sistema tecnoindustrial (y con ello asegurar
que seguirán existiendo condiciones que permitan la libertad de al menos
algunos animales, humanos o no) es factible (luego vuelvo con esto), liberar
definitivamente a todos los animales no. No digo que no sea un fin deseable,
digo que es imposible. Al menos mientras existan seres humanos[1] existirán
animales esclavos. Los seres humanos no van a abandonar unánimemente la
domesticación de animales. Siempre habrá gente (probablemente la mayoría) que
la practique si tiene la ocasión y las circunstancias lo favorecen. La única
posibilidad de evitarlo sería la instauración de una especie de dictadura a
nivel mundial que prohibiese la esclavitud de los animales e implantase unas
férreas vigilancia y represión y una continua e intensa propaganda
para evitar que la gente practicase la domesticación de animales en cualquier
lugar del planeta. Esto último es muy poco probable que llegue a suceder (¡por
suerte!). E incluso, si llegase a suceder, supondría el mantenimiento de la
sociedad tecnoindustrial, ya que sería imposible mantener semejante aparato
represivo y propagandístico mundial sin una tecnología compleja
Además de lo dicho, tengo algunas otras razones mías propias (y creo que
sensatas) para no comulgar ni con el veganismo ni con la mal llamada
"liberación animal". Y quede claro que creo que los animales deberían
ser libres y salvajes (precisamente por esto no comulgo con dichas corrientes y
movimientos).
Mis otros motivos para no comulgar con el veganismo ni con el movimiento
por los derechos de los animales ni con la, habitualmente mal llamada,
"liberación animal" son:
+ No creo que el veganismo signifique automáticamente mejor salud en
todos los casos. Somos omnívoros (cazadores-recolectores) por naturaleza (lo de
que somos veganos por naturaleza es uno de los muchos mitos de la propaganda
vegetariana), lo cual hace que podamos adaptarnos a muchas formas de dieta,
desde las basadas casi estrictamente en alimentos vegetales hasta las basadas
estrictamente en alimentos animales. Pero adaptarse a unas condiciones es una
cosa y otra muy distinta es que esas condiciones sean las adecuadas u óptimas.
Además, somos muy diversos a nivel individual y unos individuos se adaptan y
reaccionan mejor que otros a las mismas condiciones. En el caso del veganismo,
hay de todo. A alguna gente parece no causarles problemas de salud y a otros,
sin embargo, prácticamente los mata (yo he conocido de cerca casos de
desnutrición grave en personas que seguían la dieta vegana correctamente).
Eso sin contar con que en un mismo individuo que tolere el veganismo, el estado
físico es mejor con una dieta omnívora sana y variada que con
una dieta vegana (puede estar sano y relativamente fuerte siendo vegano pero,
en igualdad del resto de condiciones, siendo omnívoro estará aun mejor). Es
decir, que la adopción generalizada del veganismo no mejoraría la salud de la
población en general, sino que, en muchos casos, la empeoraría. De hecho,
sospecho que, en el caso de muchos veganos, si no se producen más problemas de
desnutrición es porque consumen productos alimenticios de origen industrial
(proteína sintetizada a partir de la soja, alimentos exóticos, alimentos
enriquecidos artificialmente con vitaminas y otros nutrientes, suplementos de
vitaminas en pastillas o inyectados, etc.), es decir, su dieta es tan
artificial o más que la del resto de la población. Una dieta vegana
exclusivamente basada en alimentos no tratados industrialmente, cultivados en
el entorno cercano y según la temporada, sin suplementos ni aditivos
nutricionales, probablemente sería inviable en muchos casos y en muchas zonas
del planeta. Y si para mantener la salud de la población vegana hace falta
incluir suplementos nutricionales industrialmente producidos o alimentos
exóticos y producidos de manera industrial, entonces el veganismo es
dependiente de la tecnología moderna, no incompatible con ella. No veo claro
que la adopción generalizada del veganismo llevase necesariamente a la
eliminación del sistema tecnoindustrial, sino más bien al contrario
(incrementaría la dependencia del mismo). E incluso dejando esto último de
lado, la adopción generalizada del veganismo, tal
y como es entendido por la mayoría de los veganos (como la dieta vegana más
el rechazo del consumo de productos de origen animal o testados con animales), es totalmente compatible con la existencia de una sociedad tecnoindustrial.
Sería perfectamente posible que llegase a existir una sociedad tecnoindustrial
en la que toda su población llevase una dieta vegana y no usase productos de
origen animal ni probados en animales.
+ La inmensa mayoría de quienes dicen defender o luchar por los
derechos de los animales y/o por su "liberación", en realidad no
están defendiendo en absoluto la libertad de los animales, sino sólo su vida
o/y su bienestar. O dicho de otro modo, la libertad no es el valor central (ni
a menudo siquiera secundario) de las corrientes y movimientos animalistas, sino
la sacralidad de la vida individual (o la supuesta maldad absoluta de la
muerte) y/o el bienestar (o la supuesta maldad absoluta del sufrimiento). No
luchan realmente contra la esclavitud de los animales, sino principal o
exclusivamente contra su muerte o contra su maltrato. El discurso habitual de
la mayoría de los grupos y corrientes animalistas tiene como fines centrales el
mantenimiento de la vida individual (o, dicho de otro modo, la evitación de la
muerte) y/o el bienestar (o, dicho de otro modo, la evitación del maltrato) de
los animales. La mayoría de quienes simpatizan con o militan en dichos grupos o
corrientes nunca se han parado a pensar seriamente en qué valores defienden
realmente ni en sus implicaciones. Nunca se paran a preguntarse si es más
importante ser libre que seguir vivo o ser libre que no sufrir; si morir o
matar es siempre algo tan malo; si vivir es siempre algo tan bueno; si sufrir o
hacer sufrir a otros es siempre algo malo y si no hacerlo es siempre algo
bueno; si ser libre es siempre compatible con no matar –o incluso con no morir-
y/o con no hacer daño o no sufrirlo. O si alguna vez lo hacen, lo hacen de
manera puramente anecdótica y no llegan a relacionar esas cuestiones con los
valores en que se basa el discurso animalista que defienden acríticamente.
Simplemente repiten los esquemas y eslóganes del discurso animalista habitual,
y se quedan contentos tratando de evitar que se mate y/o maltrate a ciertos
animales, convencidos de que lo que apoyan es correcto. Su buena intención es
mucho mayor que su capacidad de reflexión y que su espíritu crítico. Pero la
buena intención es a menudo causa de los peores males.
Por otro lado, los pocos que se paran a pensar mínimamente en
ello, entre los que se hallan aquellos filósofos y activistas que dan forma al
discurso y la ideología animalistas e influyen sustancialmente en el rumbo de
esas corrientes, son aun más peligrosos, porque por lo general asumen conscientemente
que la vida individual y/o el bienestar están por encima de la
libertad. Para ellos lo malo no es la domesticación de los animales, lo
malo es que se les mate y/o se les maltrate. De hecho, muchos de ellos no
otorgan valor alguno a la libertad, e incluso la consideran mala (la verdadera
libertad conlleva inevitablemente cierto grado de sufrimiento, propio y ajeno y
conlleva necesariamente un número importante de muertes, tanto la propia,
llegado el momento, como muchas otras ajenas). Un mundo en que todos los
animales fuesen libres sería un mundo lleno de depredación, parasitismo,
lesiones, enfermedades, etc., algo que aterra a esta gente; algo que odian
profundamente. ¡Esta gente odia lo salvaje! Por eso su fin y/o su ideal, es
lograr evitar que los animales mueran y/o sufran, no que sean libres. De hecho,
los más "lúcidos" de entre ellos saben que para lograr evitar la
muerte o el sufrimiento del máximo número posible de animales, deberán impedir
que éstos sean libres ya que los animales libres se dañarán entre sí
(depredación, parasitismo, peleas, etc.) o a sí mismos (accidentes). Es
pura lógica, si lo que importa es evitar la muerte y/o el sufrimiento, entonces
hay que acabar con la libertad y con lo salvaje. Partiendo de la asunción
consciente de esos valores se han desarrollado diversos delirios ideológicos
dentro del movimiento por los derechos de los animales, que van desde
disparatados debates acerca de qué deberían hacer los animalistas con los
animales depredadores (la depredación en la Naturaleza es causa de muchas más
muertes al año que la industria ganadera o la vivisección, ¿deberían los
animalistas centrarse en combatirla? ¿Habría que encerrar a los depredadores y
controlar su alimentación artificialmente para convertirlos en veganos o habría
que exterminarlos? ¿Cómo controlar entonces la población de los herbívoros? ¿Esterilizándolos?)
hasta la defensa de un superestado animalista que controle tecnológicamente no
sólo la sociedad humana sino el conjunto de la biosfera para evitar la muerte
y/o el sufrimiento de los animales (cómo sería posible crear y usar el inmenso
sistema tecnológico que sería necesario para ello sin causar la muerte y el
sufrimiento de millones de animales a su vez es algo que normalmente ni se les
ocurre plantear). Lo más triste es que la mayoría de quienes repiten
ingenuamente como loros los eslóganes animalistas básicos (esos ingenuos
bienintencionados que no se paran a reflexionar sobre los valores que están
apoyando realmente) ni siquiera conocen esta otra cara del movimiento
animalista. Y sin embargo, ésta es la consecuencia lógica y "natural"
del desarrollo de los valores en que se está basando esa corriente.
Y más triste aun es que muchos de quienes
dicen tener como valores lo salvaje, la libertad, lo primitivo, etc., pero
apoyan la comúnmente mal llamada "liberación animal" (ahora sabes por
qué considero que "liberación" no es el término adecuado en la
mayoría de los casos), o sea, muchos anarquistas, anarcoprimitivistas y
similares, no saben tampoco lo que están apoyando realmente. Esta gente
debería pararse a pensar seriamente y preguntarse qué es lo más importante para
ellos, ¿defender la libertad y lo salvaje y combatir lo que los destruye o acabar
con la muerte y el sufrimiento de los animales (humanos o no)?; qué es lo que
realmente desean conseguir y qué están ayudando a conseguir realmente, ¿la
libertad de los animales o la dominación bienintencionada del planeta? Pero, en
la mayoría de los casos, por lo que conozco, pedirle a esta gente pensar
seriamente y aclararse es pedirle demasiado...
+ Una cuestión de mera estadística, pero uno de los motivos
principales para no preocuparse de ser vegano: lo que haga o deje de hacer en
privado un sólo individuo anónimo (o unos pocos individuos anónimos) no
tiene influencia alguna en las tendencias generales de una sociedad de
masas. La coherencia práctica personal o muy minoritaria (por
ejemplo, la práctica del veganismo) es completamente ineficaz como método
estratégico para incidir en la sociedad. En el caso que nos ocupa, uno
puede dejar de comer lo que le dé la gana o dejar de usar lo que quiera que
ello no va a hacer que se esclavicen menos animales (ni siquiera hará que
mueran o sufran menos), a no ser que logre que un número de
personas suficientemente grande también haga lo mismo. Y para lograr eso,
lo de menos es si él mismo es vegano o no. Porque eso sólo se puede conseguir
mediante un aparato propagandístico sofisticado y/o mediante la imposición por
la fuerza desde el poder. O sea, que si alguien realmente quiere que el
veganismo llegue a tener influencia real y permanente en el mundo deberá
desarrollar y mantener unos medios muy elaborados de control y manipulación del
pensamiento y del comportamiento (y para ello es necesaria la existencia de un
sistema tecnoindustrial) y/o hacerse o aliarse con el poder para que lo apoye,
o mejor aún, lo imponga (este último método es el que permitió, por
ejemplo, al cristianismo y al budismo llegar a ser religiones influyentes
en sus sociedades).
-
Preguntas cuál es el objetivo que se perseguiría
con la destrucción del sistema tecnoindustrial. El objetivo de la destrucción
del sistema tecnoindustrial sería impedir que la Naturaleza salvaje en la
Tierra sea completamente sometida y/o destruida por dicho sistema. Quizá
parezca un objetivo pobre a quienes sueñan con acabar con toda dominación o con
eliminar la civilización, o con instaurar utopías y “mundos felices” de todo
tipo pero, al contrario que estos fantasiosos fines, la destrucción del sistema
tecnoindustrial tiene a su favor que es un fin posible, realista (hay una
pequeña posibilidad de alcanzarlo).
- Dices, “Si el sistema se puede destruir -cosa que dudo- será
porque las personas cambiarán definitivamente, reduciendo su población
drásticamente, restringiendo la tecnología o adoptando una tecnología simple, y
abandonando paulatinamente sus mitos”. Sin embargo, la gente, en general, no va
a cambiar, por una sencilla razón: son humanos. Los humanos tienen una
naturaleza, es decir, unas tendencias psicológicas innatas, unas pautas de
comportamiento y pensamiento propias de la especie que hacen que eso de
“concienciar a todo el mundo” (o a la mayoría) de lo que sea, resulte una
ingenuidad. La única forma de hacer cambiar realmente y de forma permanente a
todo el mundo sería cambiando esa naturaleza (modificación genética). Y en ese
caso dejarían de ser humanos. Los seres humanos, entre otras cosas, suelen
anteponer el interés propio al ajeno, la comodidad al esfuerzo y lo inmediato
al largo plazo y la gran escala. Ya sólo estos rasgos humanos (desarrollados
evolutivamente porque favorecían sobrevivir y prosperar en la Naturaleza
salvaje y en pequeños grupos familiares) hacen que resulte imposible cambiar
permanentemente y por las buenas el comportamiento de la mayoría de la gente (o
que cambien por sí mismos) para que adopten modos de vida y sociedad “más éticos”.
Sólo mediante el engaño (propaganda sofisticada) y/o la fuerza se puede
cambiar dicho comportamiento, y sólo hasta cierto punto (la plasticidad del
comportamiento humano tiene unos límites, más allá de los cuales, los
trastornos psicológicos derivados de forzar la naturaleza humana son demasiado
graves y el cambio es inviable; y además, en cuanto cesan la presión propagandística
y/o la represión, la gente tiende a volver a comportamientos más acordes con su
naturaleza, que suelen ser muy distintos de los que quienes manejaban la
propaganda o usaban la represión deseaban lograr y mantener).
-
Dices, “suponiendo que la destrucción del
sistema es literal, ya que no se busca cambiar a las personas y que descubran
la trampa tecnológica, ¿cómo se destruye?”. La
línea estratégica general a seguir no es ni convencer a la mayoría de la gente
de que la tecnología moderna es mala y debe ser abandonada (algo imposible,
aunque sólo sea porque la mayoría de la gente jamás va a entender nada que vaya
más allá de ideas simples y desconectadas entre sí) ni montar un grupo
minoritario que se líe a atacar y desmantelar el sistema tecnoindustrial aquí y
ahora (el sistema ahora es demasiado fuerte como para poder dañarlo seriamente
en la actualidad). Para que un movimiento contra el sistema tecnoindustrial
tenga alguna opción de éxito ha de producirse un debilitamiento del sistema
tecnoindustrial. Es probable que dicho debilitamiento se produzca, antes o
después, en forma de una grave crisis ecológica, social y/o económica. En ese
momento de grave debilidad del sistema, un movimiento fuerte y bien organizado
(que no necesariamente habría de ser muy grande) podría dar el golpe de gracia
a ese sistema tecnoindustrial ya gravemente dañado. Por eso, es importante que
dicho movimiento se desarrolle antes de que surja dicha crisis para poder
aprovechar la oportunidad, en caso de que ésta llegue.
Por supuesto, puede que los métodos que se tuviesen que usar, llegado ese
momento, para acabar con la sociedad tecnoindustrial no fuesen precisamente del
agrado de los anarquistas (puede que tuviesen que tomar y ejercer el poder de
algún modo y puede que tuviesen que usar métodos represivos, engañar a la mayoría
de la población o incluso matar o dejar morir a muchas personas, entre otras
cosas poco escrupulosas). El fin justifica los medios, al menos en este caso.
-
Dices que si se consiguiese destruir el sistema
habría que “eliminar todo residuo del mismo con el fin de que no se volviera a
producir”. Sería imposible eliminar todo residuo del sistema tecnoindustrial,
al igual que sería imposible evitar que quizá volviese a surgir dentro de
muchos años, pero el objetivo no ha de ser ése, sino simplemente destruir el
sistema tecnoindustrial actual. Como ya he dicho, hay que ser prácticos y
centrarse en lo que es realmente posible conseguir.
De todos modos, un sistema tecnoindustrial es una forma de sociedad
tremendamente compleja. Una vez se viniese abajo, sería muy difícil volver a
reconstruirlo (quizá sería posible que volviese a ser desarrollado, pero
llevaría siglos), pues ello requeriría reconstruir muchas infraestructuras que
ya no existirían y que tardaron siglos en desarrollarse: formas sofisticadas de
extraer y usar energía, tecnologías complejas que sirven de base a otras
tecnologías aun más complejas, etc. Habría que volver a pasar por todos los
pasos por los que ha pasado previamente la sociedad desde la era preindustrial hasta
nuestros días. Y puede incluso que ya no sea posible repetir ciertos pasos.
Último Reducto
Contacto: ultimo.reducto@hotmail.com
[1] Es muy poco probable que la especie humana se extinga sin a la
vez llevarse por delante todas o la mayoría del resto de especies animales. La
especie humana probablemente sobreviviría al colapso del sistema
tecnoindustrial siempre y cuando éste no implicase la destrucción total de la
biosfera. En tal caso, muchos de los supervivientes practicarían la ganadería
si tuviesen ocasión, y sería imposible evitarlo. No se me ocurre ninguna forma
realista de acabar con la domesticación de animales tras el colapso de la
sociedad tecnoindustrial, del mismo modo que no se me ocurre ninguna forma
realista de impedir que sobrevivan o se restauren la civilización, la
agricultura, la dominación entre humanos, etc., en dichas circunstancias.