ADAPTACIONES DE FRAGMENTOS DE VARIOS INTERCAMBIOS DE CORRESPONDENCIA: sobre Anti-Tech Revolution, sostenibilidad, movimiento y más.[1]
A)
INTERCAMBIO
ENTRE T.N. Y ÚLTIMO REDUCTO (U.R.):[2]
T.
N.: He sabido de su existencia:
1.
Al ver su nombre mencionado en los agradecimientos del
último libro de Kaczynski (Anti-Tech Revolution: Why and How).
2.
Leyendo sus textos completos
acerca de Individualidades Tendiendo a lo Salvaje (ITS) y los comunicados de
éstos.
3.
He oído que Kaczynski tenía
socios españoles.
U.R.: Yo sólo he
escrito un texto acerca de ITS: “Algunos comentarios en referencia a los comunicados de Individualidades Tendiendo a lo Salvaje“. ¿Lo ha leído usted en español o ha leído alguna traducción al
inglés? Si ha leído usted una traducción, no puedo asegurarle que sea fiel al
original. Téngalo en cuenta.
¿Dónde ha oído
usted hablar acerca de los “socios españoles de Kaczynski”? Me suena a la forma
en que nos llama un sujeto estadounidense. Este personaje, que se autocalificaba
como “wildist”, no es en absoluto de fiar. De hecho, tiene serias taras
psicológicas e intelectuales y ha hecho más mal que bien en lo que respecta a
la difusión de nuestras ideas (las de Kaczynski, las mías y las de otros
españoles). Si usted ha “oído” acerca de nosotros a través de él, no debería
tomar como exacto o cierto nada de lo que él diga. Tenga esto en cuenta también.
T.N.: He leído/oído
que “Kaczynski tenía socios españoles” aproximadamente en cuatro ocasiones:
-
El individuo que se autodenomina “Wildist”. Ya
sé que no es de fiar.
-
Cuando ITS le mencionó a usted como “discípulo
de Kaczynski”.
-
Un vistazo que eché a “The Coming Revolution”[3].
Kaczynski dice, en la sección de “Notas”, que escribió ese texto siguiendo la
sugerencia de un “joven español” y que “lo escribió en español”. De ahí que yo haya asumido que ese joven que
resultaba ser español, como usted, entró en contactó con Kaczynski.
-
La sección de agradecimientos del último libro
de Kaczynski.
Tras ver su nombre mencionado cuatro veces
(aproximadamente) decidí contactar con usted pensando que podría ser una figura
con autoridad sobre las ideas de Kaczynski.
¿Puedo preguntarle acerca de sus ideas o
pedirle una reseña sobre el libro de Kaczynski Anti-Tech Revolution: Why and How?
U.R.:
A pesar de que Kaczynski me consideró públicamente como una de las fuentes para
la autentificación de sus escritos[4], no
soy, ni lo pretendo, una autoridad sobre nada ni nadie. Simplemente he estado
manteniendo correspondencia con Kaczynski durante años.
Por cierto, yo no soy el “joven español”
para quien Kaczynski escribió “La revolución que viene”.
Aún no me he parado a pensar calmadamente,
en detalle y de forma ordenada acerca de su último libro, pero, hablando en
general, no me gusta mucho. No me malinterprete usted, coincido con la mayoría
de lo que Kaczynski intenta expresar en ese libro y comparto los valores, ideas
y fines principales con él, pero hay algo que hace que ese libro en particular
no me guste.
No sé, quizá sea el hecho de que pretende
ser una herramienta práctica pero en realidad o principalmente no es un libro
escrito desde el conocimiento o la experiencia directos de las prácticas, sino
que principalmente se basa en el estudio de la teoría acerca de las prácticas,
que no es lo mismo. Kaczynski ha leído mucho acerca de la práctica “política”[5] (uso el término “política” meramente con el sentido de
aquello que está orientado a conseguir realizar cambios en una sociedad),
quizá haya observado muchas de las prácticas de algunos grupos “políticos”
desde fuera, pero, por lo que yo sé, prácticamente no ha sido miembro activo de
ningún movimiento “político” (al menos hasta la fecha). No sabe mucho de los
detalles del funcionamiento interno de los movimientos; no ha trabajado mucho
con otros miembros dentro de grupos; etc. Casi todo su conocimiento e
información acerca de este asunto procede de fuentes indirectas (lecturas de
los escritos de revolucionarios y activistas, o estudios sociológicos,
encuestas, sondeos, estadísticas, etc.). Yo fui miembro activo de algunos
grupos “políticos” en mi juventud, y conozco de primera mano cómo actúa, se
comporta, piensa, etc. la gente que pertenece a movimientos de ese tipo. Y
cuando hay una discrepancia entre la experiencia práctica y la teoría acerca de
la práctica, yo confío más en mi propia experiencia que en las lecturas acerca
de la práctica “política” y la organización.
Puede que sea, también, el hecho de que el
libro está lleno de reglas y declaraciones que, por un lado, pretenden ser
claras, categóricas, definidas, de aplicación general, etc. pero, por otro,
demasiado a menudo acaban siendo demasiado vagas, cargadas de excepciones y
matizaciones y, en el mejor de los casos, dependiendo de la interpretación del “sentido
común”. En ese libro Kaczynski ha tratado (equivocadamente, en mi opinión) de
dejar a un lado la intuición y de desarrollar las ideas sólo o principalmente
de forma lógica, empírica y metódica y, sin embargo, al final, demasiado a
menudo acaba dependiendo del “sentido común” (que es lo mismo que, o muy
similar a, la intuición) para diferenciar entre los distintos casos y saber
cuándo y cómo aplicarlos. Nosotros, los españoles, solemos decir: “Para este viaje no hacían falta tantas alforjas”, es
decir, uno no necesita tratar de ser o parecer tan metódico y lógico si al
final es la intuición lo que determina qué ha de hacerse o decidirse. Y, por
supuesto, además, esta vaguedad tiene otros efectos negativos: atrae a gente
irracional o débil; facilita que las ideas, fines, y valores se perviertan;
etc.
Quizá sea que a
veces resulta tedioso y uno saca la impresión de que muchas partes son
superfluas (como por ejemplo, toda esa especulación acerca del rey-filósofo[6]).
Y también en
realidad discrepo con, o pongo en cuestión, algunas otras cosas más concretas:
·
Tras años de pruebas y
errores, soy ya muy escéptico acerca de la posibilidad de encontrar suficiente
gente con la suficiente calidad para crear un movimiento “antitecnológico” (no
me gusta este término para denominarlo, pero dado que Kaczynski lo denomina
así, usaré aquí dicho término) eficaz que tenga una oportunidad de éxito a la
hora de eliminar el sistema tecnoindustrial. Crear dicho movimiento es
necesario y es técnicamente o
teóricamente posible, pero, ¿es realmente posible en la práctica? Si no
existe suficiente gente capaz y comprometida, todo lo demás es imposible.
Deberíamos intentarlo, pero… ya veremos… o quizá no.
·
En cierto momento casi
al final del libro, Kaczynski escribe acerca de la superioridad militar de los
europeos sobre otras sociedades no europeas, y dice que fue debida a ciertos
factores misteriosos que habían ido siendo seleccionados en las sociedades
europeas a través de su historia. Bueno, yo no estoy de acuerdo con él. No sólo
en lo que atañe a esta explicación en particular (la superioridad militar
europea era debida principalmente a una tecnología superior, tanto en lo
militar como en general, combinada con nuestra mayor resistencia a ciertas
enfermedades infecciosas –de las cuales además actuamos como vectores de
transmisión-), sino también en lo que respecta al modo de pensar que
representa: idealismo, es decir, antimaterialismo; incluso irracionalismo (algo similar al
pensamiento mágico: “hay algunos factores etéreos que nadie conoce cuáles son,
y que nadie puede siquiera llegar a conocer” es lo que está diciendo realmente.
Suena a “fuerzas mágicas”, “energías misteriosas” o alguna mierda por el
estilo). Esto es completamente discordante respecto al modo de pensar racional,
científico y materialista que Kaczynski suele mostrar.
·
También soy escéptico
acerca de la utilidad real del estudio de casos históricos de movimientos y
revoluciones. No estoy diciendo que sea completamente inútil, pero quizá no sea
siempre tan útil como Kaczynski piensa. Lo que queremos hacer es completamente
diferente de las revoluciones del pasado. Nuestra meta y nuestros valores son
(y deben ser) diferentes de los de los revolucionarios del pasado. Quizá
podamos aprender algunas cosas útiles estudiando los métodos, la organización y
las estrategias del bolchevismo, de los revolucionarios franceses, de Alinsky,
etc., pero no sé lo útiles que serán (ni para qué) y por tanto dudo de si
merece la pena estudiarlos. Si uno quiere aprender a comer filetes, no debería
observar a aquellos que comen sopa, porque lo que necesita es aprender a usar un
tenedor y un cuchillo, no una cuchara.
·
Demasiadas citas y
referencias de las que aparecen en el libro son inútiles y superfluas. Parece
como si para ser un autor intelectualmente respetable uno tuviese que citar o
referirse con frecuencia a otros autores o personajes famosos. Sin embargo,
esto no es más que un vicio esnob.
Entre otras cosas
que probablemente ahora no recuerdo o no soy consciente de ellas.
Bueno, o
quizá sea sólo cosa mía. Puede ser que
yo no capte ni entienda adecuadamente el supuesto valor de ese libro debido a
mis propias limitaciones y defectos. No soy idiota, pero puede ser que no sea
lo suficientemente inteligente (o que no lo sea de la forma necesaria) para
entender el libro completamente. No lo creo, pero podría ser… O quizá simplemente
sea que siempre he odiado las lecturas históricas, sociológicas y similares… O
que desprecio profundamente a muchos de los autores que a Kaczynski le gusta tanto
citar, así como muchos de los modos que tienen de expresar sus ideas
(normalmente son vagos, ambiguos y falsamente radicales, tajantes y fuertes).
T.N.: ¿Tienes alguna
relación con algún grupo antitecnológico?
U.R.: No.
B)
INTERCAMBIO
ENTRE C. Y U.R.:[7]
C.:
¿Qué opina usted, por ejemplo, de utilizar ciertos recursos naturales pero de
manera sustentable, sin sobreexplotación? ¿Esto está mal? Mi opinión es que
para acabar con este sistema hay que cambiar el orden económico y también lo
que se enseña en las escuelas, así aprenderemos que no debemos ser explotados y
no debemos explotar la naturaleza.
U.R.:
Usar “recursos” de manera “sostenible” (o “sustentable” como dicen ustedes los
hispanoamericanos) es algo que nunca va a suceder. Al menos no como quienes lo
plantean y defienden como meta creen que sería (una utopía ecologista, un mundo
feliz lleno de jipis igualitarios y solidarios que practicarían la agricultura
ecológica y vivirían en paz y armonía rodeados de Naturaleza salvaje, campos de
cultivo y tecnología avanzada pero limpia, sin ningún conflicto o
incompatibilidad). Lo que determina la relación de las sociedades con la
Naturaleza son principalmente los factores materiales (desde el clima hasta la
naturaleza humana -es decir, la genética y la biología humanas-, pasando por la
geografía, la disponibilidad de alimentos u otros materiales y fuentes de
energía necesarios, el nivel de desarrollo tecnológico, la demografía, etc.),
no los ideológicos (buenos o malos valores, ideas, voluntades, etc.). Por mucho
que las personas de una sociedad quieran que ésta sea “sostenible”, si no se
dan ciertas condiciones materiales, no lo va a ser. Y viceversa, las
condiciones materiales a menudo limitan la cantidad de daño que una sociedad
puede causar a la Naturaleza. Por ejemplo, quizá algunas sociedades primitivas
fuesen “sostenibles” (es decir estables), pero ello, si realmente sucedió, tuvo
más que ver con los límites que imponía el entorno y con el bajo nivel de
desarrollo tecnológico que con su voluntad de ser “sostenibles” (si es que la
tenían, que a menudo solía ser que no). Normalmente, no crecían ni hacían más
daño porque, sencillamente, no podían. Y cuando pudieron, lo hicieron. Y en
cuanto a sociedades más desarrolladas, como la tecnoindustrial, las condiciones
materiales no sólo favorecen que se cause mucho más daño a la Naturaleza, sino
que incluso lo exigen (es imposible mantener semejante monstruo sin causar una
inmensa destrucción ecológica; las utopías “sostenibles” con un idílico
equilibrio entre tecnología avanzada y Naturaleza son cuentos chinos, humo). Da
igual cuáles sean los valores e ideas predominantes en esa sociedad, si es de
gran tamaño (gran población, gran producción y gran extensión espacial) y se
basa en tecnología avanzada, lo mismo da que sus ideas y valores sean
ecologistas o no. Eso de cambiar la educación y predicar la “sostenibilidad” es
mero idealismo e ingenuidad.
Eso sin entrar a valorar qué demonios
significa “sostenible” en los discursos “verdes”. Una cosa puede ser mala y ser
sostenible a la vez. Por ejemplo, asumamos que se pudiese llegar a mantener una
sociedad de miles de millones de personas en un estado de “sostenibilidad” (sin
crecer más ni consumir cada vez más recursos), aun así ello supondría siempre,
entre otras muchas cosas malas, que gran parte de los recursos que esa sociedad
usase le habrían sido previamente robados a otras especies. No es lo mismo un
campo de cultivo, por muy “sostenible” que llegue a ser, que el bosque
autóctono que fue talado al principio para alojar a dicho campo. Hablar de “sostenibilidad”
a menudo implica centrarse en “sostener” la sociedad humana (y normalmente la
moderna) más que en “sostener” (conservar y recuperar) la Naturaleza salvaje.
En cuanto a lo de cambiar el orden
económico, más de lo mismo. El problema fundamental, la causa de todos los
demás problemas, es la base material de la sociedad (es decir, los factores
físicos que condicionan su relación material con la Naturaleza), no su
organización ni su ideología (éstas son sólo consecuencias del problema). Y
dicho problema sólo se podrá solucionar incidiendo principalmente en la base
material, no en el orden social (o económico) ni en la ideología. Cambie usted
la base material de la sociedad y cambiará el orden social de la misma y su
ideología. Cambie usted sólo la ideología o el orden socioeconómico y, en el
fondo, no cambiará nada. ¿Qué ha pasado con las múltiples revoluciones
comunistas habidas en el siglo XX? Precisamente eso, que no buscaban cambiar la
base material, sino sólo el orden socioeconómico y la ideología.
Eso sin entrar tampoco a valorar a
quién se pretende siempre beneficiar con lo de cambiar el orden socioeconómico.
A ciertos grupos de seres humanos, exclusivamente. Nunca a la Naturaleza. Lo
mismo da que quienes destruyan la Naturaleza sean ricos capitalistas
imperialistas o pobres campesinos tercermundistas; que sean pobres campesinos y
obreros que, tras una revolución anticapitalista, se convirtieron en comunistas
igualitarios o que sean ecologistas modernos y progres que creen en y pregonan la
“sostenibilidad” y letanías “rojas” y “verdes” por el estilo, mientras viven o
aspiran a vivir en una sociedad moderna con tecnología avanzada. Lo realmente
importante para la Naturaleza no es cómo se reparte la riqueza ni qué piensa la
gente, sino de dónde sale inevitablemente dicha riqueza: de la destrucción de
la Naturaleza.
C.:
¿Dónde quedan entonces las comunidades autónomas que durante siglos han
defendido sus tierras -como los mapuches en Chile o los yaquis en Sonora-? Son
los únicos que han puesto resistencia a la avanzada capitalista porque
consideran sus territorios y los frutos de estos como sagrados.
U.R.:
Creo que eso ya está implícitamente contestado en mi anterior respuesta. De
todos modos, ya que lo pregunta, mi respuesta es:
Eso, ¿dónde quedan? ¿Cómo han acabado
viviendo? ¿Acaso son materialmente independientes del sistema tecnoindustrial?
¿Acaso no se han integrado materialmente en él? ¿Aspiran a seguir
viviendo de forma primitiva como sus antiguos antepasados o más bien quieren
sólo que se les reconozcan ciertos derechos y libertades políticos pero vivir
de forma moderna como el resto de ciudadanos modernos, eso sí,
conservando ciertos aspectos de su cultura no material (creencias, folklore y
otras cosas semejantes), en realidad inocuos para el mantenimiento y
desarrollo del sistema tecnoindustrial moderno? ¿Por qué no toma como
referencia a los escasos grupos humanos primitivos no contactados (o que han
rechazado el contacto con la civilización voluntariamente) que siguen
viviendo de forma primitiva aislados completamente de la sociedad
moderna?
Sigue usted centrándose en la
ideología (creencias, ideas, valores; como el hecho de que los mapuche o los
yaqui consideren, en teoría, que la tierra es sagrada) y dándole a
ésta una importancia prioritaria y, con ello, subestimando los
factores materiales básicos (cómo se relaciona materialmente una sociedad con
su entorno natural para poder mantenerse). Le diré una cosa, yo prefiero un
grupo humano de pequeño tamaño y con un nivel tecnológico poco desarrollado,
sean cuales sean sus ideas y creencias (aun cuando éstas sean completamente
disparatadas y, por ejemplo, defiendan la postura antropocéntrica de que los
seres humanos son los amos y señores de la Naturaleza, que ésta está ahí para
servirles y que no es malo destruirla) que una sociedad de gran tamaño y con
una tecnología avanzada, por muy loables que sean sus valores e ideas (por
ejemplo, por mucho que sus miembros defiendan una postura ecocéntrica
basada en que la Naturaleza es lo más importante -o sea, que es sagrada- y
de está mal destruirla). La primera sociedad, la de pequeño tamaño y
escaso desarrollo tecnológico, aunque quiera no podrá causar mucho daño a
la Naturaleza. La segunda, por mucho que sus miembros digan que no quieren
causarlo, tendrá que hacerlo y lo hará para poder mantenerse y, en el fondo,
toda su bonita ideología sobre el respeto a la Naturaleza no
será más que una farsa hipócrita reducida a rituales y palabrería fútiles.
C.:
Con respecto al texto Izquierdismo, siento
que está calificando el izquierdismo muy duramente, ya que hay muchas personas
de esa tendencia que reivindican un respeto a la naturaleza y al mundo
animal. Yo no me considero ni anarquista, ni izquierdista ni ninguna de toda
esa bola de conceptos extraños. Mi simple naturaleza de ser humano me inclina a
utilizar esta lógica.
U.R.:
Lo que el texto Izquierdismo
viene a decir es que el izquierdismo ayuda al sistema tecnoindustrial a
mantenerse. Lo mismo da si parte de los izquierdistas reivindican el respeto a
la Naturaleza o no, porque en el fondo, lo que el izquierdismo sitúa por encima
de todo es la justicia social, es decir, la igualdad, la solidaridad y apoyar a
cualquiera que parezca una víctima o un oprimido. Y esto a la sociedad
tecnoindustrial le viene muy bien, no la amenaza en absoluto. Si usted, tras
haber leído el texto Izquierdismo,
no ve cómo ni por qué esto es así, no merece la pena seguir tratando de
explicárselo.
Creo que su “lógica” tiene mucho más
que ver con la contaminación ideológica (izquierdista, para más inri; por lo
que parece especialmente procedente del izquierdismo anticapitalista y
ecosocialista; y recuerde que el hecho de que uno diga que no es algo o que no
reconozca que lo es, no significa que no lo sea realmente; gran parte de los
izquierdistas dicen no serlo) y con la influencia de su entorno (vivir en
México, un país subdesarrollado con grandes desigualdades sociales) que con la
verdadera “naturaleza del ser humano”.
C.:
¿Qué opina de la serie de Unabomber?
U.R.:
No sé de qué me habla. ¿Hay una serie? ¿Televisiva? ¿Es un telefilme o un
documental? De todos modos no me interesan demasiado este tipo de materiales.
C.:
¿Qué opina de las Individualidades Tendiendo a lo Salvaje?
U.R.:
Son unos descerebrados que ocultan bajo el barniz de un discurso
antitecnológico mal entendido y peor expresado su necesidad psicológica de
desfogar su hostilidad y dar rienda suelta a su carácter violento. Nada nuevo.
Eso sí, tienen mucha suerte de ser de México, porque en cualquier país
desarrollado con una policía mínimamente seria y eficiente y menos corrupta o menos
ocupada en otros asuntos más urgentes (como por ejemplo el narcotráfico),
estarían en la cárcel o muertos ya hace mucho tiempo.
C)
RESPUESTA DE U.R. A P.E.:[8]
Dices, “Leí
tus ideas acerca del izquierdismo y no lo había visto desde ese punto de vista:
decir que ese tipo de movimientos en realidad ayudan a que el sistema se
mantenga y perpetúe no es algo en lo que hubiera pensado antes, pero creo que
tiene mucho de verdad … Creo que me he confundido”.
De ello deduzco que, al igual que otra mucha gente descontenta con la sociedad
actual, te has sentido en algún momento atraído por el izquierdismo y, tras un
tiempo, has acabado desilusionado con él. Es algo habitual, nos ha pasado
en mayor o menor medida a casi todos aquellos que cuestionamos la sociedad
actual y forma parte de la trampa del izquierdismo que comentaba en mi
texto Izquierdismo. De
los errores se aprende. Lo importante, si no se ha sabido evitar caer en ellos,
es reconocerlos y seguir adelante sin repetirlos.
Dices: “Si el izquierdismo no es el camino correcto,
entonces ¿cuál sí lo es? ... Por otro lado estoy totalmente de
acuerdo que muchos de los movimientos como el feminismo o los activistas por los derechos animales no
son la verdadera solución a nuestros problemas. Me
gustaría saber cuál es, si es que existe, el movimiento que mejor se ajustaría
a lo que consideras que debería ser la manera correcta en la cual se debería
desarrollar la sociedad”. Bueno, respecto a esto, tres cosas:
-
Hasta donde yo sé, no
existe (aún) un movimiento que siga el “camino correcto”. De hecho,
tras llevar en esto una pila de años y haber contactado y trabajado con
bastante gente y visto lo visto, soy muy escéptico en lo que respecta a que sea
posible que alguna vez lleguen a juntarse el suficiente número de personas, lo
suficientemente capaces (inteligentes, preparadas, con los valores e ideas
correctos y con tiempo y recursos suficientes para estar disponibles) y
serias (comprometidas y dispuestas) como para empezar siquiera un movimiento
realmente eficaz en contra de la sociedad tecnoindustrial y hacer lo que
hay que hacer. Es la única opción que existe de quizá destruir el sistema
tecnoindustrial, pero veo muy difícil que suceda. Hasta la fecha, no he
conocido a nadie (y me incluyo yo mismo) que cumpla todos los
requisitos anteriores de forma adecuada. El que no resulta ser bobo no se
lo toma suficientemente en serio y el que no (muy, muy pocos que yo conozca), no
tiene el tiempo, las circunstancias o los recursos que le
permitan dedicarse a la causa todo lo que sería necesario. Aunque, quizá
algún día en algún lugar surja un grupo de gente que cumpla adecuadamente
todos esos requisitos... Quién sabe.
-
¿Cuál es ese camino?
Desde luego, no es buscar y promover ninguna ”manera correcta en la cual
se debería desarrollar la sociedad”. Porque si algo está claro en la
historia es que no se puede dirigir el desarrollo futuro de las sociedades
(y menos cuanto mayores y más complejas sean éstas). Todos los movimientos
utópicos (reformistas o revolucionarios) que plantean proyectos de
sociedades futuras van mal encaminados y a la larga fracasan
irremediablemente, cuando no empeoran las cosas aún más. Hay que olvidarse
de soñar con futuras sociedades ”mejoradas”. Lo que hay que perseguir es
la destrucción física y completa de la sociedad tecnoindustrial,
y nada más (después que sea lo que Dios quiera; y seguramente no será algo
utópico, ni completamente feliz ni siempre estupendo, sino, con mucha probabilidad,
a menudo bastante duro y jodido).
-
Hay algún sector del
ecologismo (el llamado conservacionismo o preservacionismo) con el que comparto
el valor fundamental, pero no sus fines ni su estrategia (la
protección legal de la Naturaleza). Este movimiento se ha desarrollado especial
aunque no exclusivamente en los países angloparlantes; sobre todo en
Estados Unidos. Creo que se puede aprender mucho estudiando su historia y
su literatura (para ello hay que saber inglés), pero no es el movimiento que
hace falta (la mayoría de sus miembros ni siquiera cuestionan la sociedad
tecnoindustrial ni la tecnología moderna, algunos de los que las
cuestionan plantean soluciones utópicas e irrealistas, algunos de
ellos son unos izquierdistas y unos jipis -aunque otros son todo lo
contrario-, etc.). Es el único movimiento “político” que me parece interesante
y respetable en la actualidad, aunque ya te digo que no es el movimiento que
hace falta hoy. En la página www.naturalezaindomita.com solemos
meter, entre otras cosas, algunas traducciones de textos de miembros
de este movimiento.
Dices, “En parte de los textos de
Kaczynski que he leído, se exaltan muchos de los puntos negativos del
desarrollo tecnológico y a mi parecer solo algunas de sus virtudes si es
que las tiene”. Bueno, antes de nada quiero aclarar que lo que diga es sólo mi
forma de ver las cosas, no necesariamente la de Kaczynski. Yo coincido en gran
medida con sus ideas (especialmente en lo fundamental), pero también
hay bastantes detalles en los que no coincidimos, aunque normalmente,
hasta la fecha, yo no haya hablado de ello públicamente en el blog.
Dicho esto, he de empezar por decir que, a mi juicio, Kaczynski, al menos a
veces, le reconoce demasiadas virtudes a la
tecnología moderna (aunque acabe siempre considerando que sus defectos
superan a dichas virtudes). Yo no soy tan “moderado”. Esta diferencia tiene que
ver con las actitudes filosóficas de ambos. Él nunca ha considerado
que reflexionar acerca de cosas abstractas y metafísicas como, por
ejemplo, “¿en qué consisten el bien y el mal?” pueda ser útil y práctico, sino
más bien una pérdida de tiempo (y hasta cierto punto, razón no le
falta; hasta cierto punto...). De ahí que, al menos algunas veces, asuma
simplemente el punto de vista convencional acerca de la virtud o la maldad de
las cosas y razone a partir de él. Yo no lo hago así. Yo no creo
que lo que la mayoría de la gente (y quizá tú también) considera
“bueno” lo sea realmente, ni que mucho de lo que suele ser considerado “malo”
por esta sociedad lo sea siempre (tampoco Kaczynski lo cree, pero no se para
siempre lo suficiente a pensar en ello). De todos modos, a efectos
prácticos, el resultado, tanto para Kaczynski como para mí, es el
mismo: la tecnología moderna, tomada en su conjunto, resulta ser mucho más
mala que buena.
Dices,
“Parte de esa confusión es cuando se discute si es que existe o no algún
beneficio del desarrollo tecnológico. … Creo que es
un poco paradójico que pensemos que la tecnología es totalmente dañina para la
sociedad cuando sin su desarrollo no podría estar comunicándome por este medio [el
correo electrónico] contigo, incluso no creo que sin la tecnología actual hubiera
sabido de tu existencia”. Aquí hay varias cosas que discutir:
-
Primero, estás dando a
entender que para ti (al menos en el momento en que escribes eso), el valor
fundamental es “la sociedad”. Pero, ¿qué demonios quieres decir con “la
sociedad”? ¿La sociedad actual, es decir, la sociedad tecnoindustrial? ¿Lo
social, es decir, las relaciones y estructuras propias de los grupos humanos en
general? Porque no es lo mismo una cosa que la otra. Si te refieres a lo
primero, estás completamente despistado. La tecnología moderna no es mala
para la sociedad tecnoindustrial, todo lo contrario, es la base sobre la que
ésta se asienta; es lo que le permite mantener su estructura y sus relaciones
internas. Y si te refieres a lo segundo, simplemente te diré que no todo
lo social es igualmente valioso y deseable. A menudo “lo social” resulta
irremediablemente dañino para la autonomía de los individuos y los pequeños
grupos; en muchos casos “lo social” impone a los individuos unas pautas de
comportamiento y unas normas que coartan la libre expresión de su naturaleza
(es decir, de la naturaleza humana). Así que quizá no sería siempre tan malo si
la tecnología moderna fuese dañina para “lo social”. Aunque, de hecho, yo
más bien creo que a menudo es lo contrario, la tecnología moderna fomenta “lo
social” (en especial “lo social” propio de sociedades grandes y complejas como
la actual, que incluso daña lo social referente a las relaciones
entre los individuos y en los pequeños grupos, es decir, la
parte social de la naturaleza humana). Eso de tomar acríticamente ”lo
social” como valor es muy típico del izquierdismo (es la base del socialismo y
del colectivismo) y me parece que es un residuo que aún te queda de él.
-
Segundo, de paradójico
no tiene nada. Si no hubiese sociedad tecnoindustrial, no habría muchos de los
problemas a los que nos referimos Kaczynski y yo (o al menos serían mucho menos
graves) y, por tanto, no habríamos escrito nada al respecto y, por
consiguiente, tú no lo habrías leído ni te habrías puesto en contacto conmigo,
ni falta que te haría. ¿Por qué piensas que es algo bueno por sí
mismo saber de mí o ponerte en contacto conmigo? Y menos a raíz de estos
asuntos tan desagradables. Y aunque lo fuese, ¿compensaría o contrarrestaría
eso en realidad todo lo malo que suponen la sociedad tecnoindustrial y la
tecnología moderna? Si crees que sí, tus valores (lo que consideras que es más
valioso) son muy distintos de los míos. Si, simplemente, dudas acerca de
la respuesta, no tienes claro cuáles son tus valores y es lo primero que
deberías solucionar.
En el fondo es una cuestión de valores y de la jerarquía
entre los mismos. ¿Qué es lo que más valoramos? ¿Cómo afecta la sociedad
tecnoindustrial y su tecnología moderna a eso? ¿Lo respeta y mantiene o lo
empeora y disminuye? La mayoría de la gente no se para a pensar mucho acerca de
estas preguntas (en especial, acerca de la primera) y de ahí viene la
confusión.
-
Tercero, hay una
cadena psicológica de la que debemos liberarnos: la moralina de la “coherencia
práctica”, es decir, sentirnos mal porque no siempre podemos o debemos actuar
completamente de acuerdo con nuestras ideas y valores. En el caso que nos
ocupa, sentirse mal (o “confusos”) porque, en principio, es contradictorio
usar Internet estando en contra de la sociedad tecnoindustrial y la tecnología
moderna. Sin embargo, ¿qué debemos hacer si no? ¿Callarnos? ¿Renunciar a
difundir las ideas en contra de la tecnología moderna? ¿A quién beneficiaría/perjudicaría
realmente esto? Y peor aún que sentirnos confusos o culpables por usar
Internet, es rendirnos y acabar considerándolo algo bueno porque no podemos o
no nos conviene evitarlo (como pareces hacer tú). No, es algo malo, aunque usarlo
sea necesario o práctico en estas circunstancias. Usar o no usar, no
necesariamente supone considerar bueno o malo respectivamente. Y viceversa.
Por
último, a lo largo de toda esta carta he hablado de “mis valores”, sin
mencionarlos concretamente. Yo considero que el valor fundamental es la
autonomía de lo no artificial, es decir, la Naturaleza salvaje. La naturaleza
humana (las tendencias, capacidades y necesidades humanas que vienen
determinadas por la biología) forma parte de la Naturaleza salvaje. La sociedad
tecnoindustrial atenta irremediablemente contra la autonomía de lo
salvaje, luego, es mala y debería desaparecer. Digo “irremediablemente” porque
no creo que haya “puntos intermedios”, “equilibrios” o “soluciones de
compromiso” entre la preservación de lo salvaje y el mantenimiento y
desarrollo de la sociedad tecnoindustrial. Para que una se mantenga y/o crezca
la otra debe desaparecer. Explicar por qué esto es así a alguien que no lo vea
y sienta por sí mismo es una tarea que supera los límites de esta carta. Puede
que incluso sea imposible. Los valores no son algo que se pueda razonar ni
demostrar empíricamente. O se tienen o no se tienen.
D) INTERCAMBIO ENTRE P. Y U.R.:[9]
P.:
A partir de mis investigaciones he encontrado que usted y otros españoles trabajan
para Ted Kaczynski y sus socios más cercanos, ayudándole y contribuyendo con
traducciones de modo que sus ideas puedan difundirse de forma más global.
U.R.:
Yo no trabajo para Kaczynski, ni le ayudo (sea lo que sea que pretenda
usted dar a entender con dicha expresión). Yo sólo he mantenido correspondencia
con él a lo largo de muchos años y he traducido al español y publicado algunos
de sus escritos. Algunos de ellos están en mi blog y en la página web Naturaleza Indómita.
¿Cuáles son las
fuentes de sus investigaciones? Basándome en el uso que hace del término “socios”,
sospecho que sus fuentes podrían tener que ver con un hombre joven estadounidense
que se autodenominaba “Wildist”, entre otras muchas cosas, según el momento. Si
estoy en lo cierto, he de aconsejarle que no tome en serio ninguna información
acerca de mí, de Ted Kaczynski o de los supuestos “socios españoles” de
Kaczynski que proceda de él. Ese hombre tiene serios problemas psicológicos que
le hacen expresarse y pensar demasiado a menudo como un idiota egotista y no
está totalmente en contacto con la realidad.
P.: ¿Qué problemas
tiene con ese tipo? ¿Es algo parecido a un oportunista, como la mayoría de los
periodistas que escriben a Kaczynski para obtener éxito y dinero? Supongo que
se refiere usted a eso cuando dice “egoísta”.
U.R.: Yo no he dicho “egoísta”
sino “egotista”, que no es exactamente lo mismo (mire un diccionario). Ese tipo
padece serios trastornos psicológicos: una falta de control emocional que
afecta negativamente al funcionamiento de su inteligencia y le hace
precipitarse y actuar de forma imprudente; unas probables incomodidad y
sensación de culpa no superada por haber abandonado sus antiguas creencias y
entorno cristianos fundamentalistas; una desmesurada necesidad de
reconocimiento (de ahí su egotismo) e incluso de poder (a veces parece incluso
sufrir de Complejo del Mesías); etc. Y no, no es una fuente de información
fiable acerca de nada, y en especial acerca de Kaczynski, de los supuestos “socios”
españoles de Kaczynski o de mí.
P.: ¿A quién se
dirigen usted y Kaczynski a la hora de reclutar gente? Y, ¿dónde y a quiénes
buscan en realidad? … ¿De dónde pueden conseguir seguidores?
U.R.: Lo primero, aquí
voy a hablar sólo por mí mismo; no estoy contestando en nombre de Ted Kaczynski
ni de nadie más excepto yo. Comparto muchas de las ideas y valores
fundamentales de Kaczynski, así como su meta, pero discrepo con la forma en que
expresa algunas de sus ideas e incluso también con algunas de sus ideas,
tácticas y estrategias. A lo largo de los últimos años no he expresado en
público mis diferencias con él y me he limitado a traducir y publicar algunos
de sus textos, porque he creído que esto era lo más importante, al menos en ese
momento, para la causa de destruir el sistema tecnoindustrial. Si usted quiere
saber las opiniones de Kaczynski acerca de sus preguntas, escríbale a él
directamente.
Bueno, yo no me
dirijo a nadie en concreto y no trato de reclutar a nadie. Lo he intentado en
el pasado, hasta hace bastante poco, pero acabé bastante decepcionado con la
mayoría de la gente con la que intenté organizarme; la mayoría de quienes han
contactado conmigo en referencia a este asunto a lo largo de los años o bien son
idiotas o bien no están dispuestos a comprometerse (incluso, muchas veces son
bastante impresentables). Las excepciones son muy pocas.
No sé exactamente
de dónde puede alguien interesado en crear un movimiento contra la sociedad
tecnoindustrial obtener seguidores. No existe en la actualidad ningún conjunto
concreto de gente que parezca óptimo para ello. Quizá algunos conservacionistas
podrían ser los mejores candidatos ya que otorgan un gran valor a la Naturaleza
salvaje (la cual yo creo que debería ser el valor principal de un movimiento
contrario a la tecnología moderna serio, eficaz y no izquierdista), muchos de
ellos no son izquierdistas o incluso son antiizquierdistas y muchos tienen al
menos una intuición o sentimiento acerca del mal que implican la tecnología
moderna y la civilización (aunque la mayoría de ellos no lo desarrollen
racional y teóricamente). Sin embargo, en realidad, el movimiento
conservacionista, tomado colectivamente, como movimiento, no está en contra de
la civilización ni de la tecnología moderna e incluso suele defender cierto
tipo de “equilibrio” inverosímil entre el desarrollo tecnológico y la
Naturaleza salvaje. De modo que, su fin no es tampoco la destrucción de la
sociedad tecnoindustrial, sino sólo la preservación legal de los ecosistemas
salvajes que quedan (lo cual ni siquiera será suficiente para preservarlos a
largo plazo).
P.: ¿Los
conservacionistas? La gente que se decida a proteger y limpiar la naturaleza
salvaje, a hacer reservas y cosas por el estilo, ¿no? Aunque otorguen un gran
valor a la naturaleza salvaje yo no veo mucha radicalización entre esta gente.
Como usted mismo dice, se comprometen mayoritariamente con las formas legales
de proteger la naturaleza salvaje y no son un gran grupo con una ideología.
Mayoritariamente son gente normal y corriente que no querrían dañar a otras
personas (socialización) porque no lo consideran moral. La única gente
realmente buena que podría ser reclutada sería el antiguo Frente de Liberación
de la Tierra (FLT) pero, como Kaczynski ha mostrado, el FLT ha sido tomado por
los izquierdistas. ¿Cree usted que un resurgimiento del antiguo FLT sería un
grupo revolucionario eficaz? Su estructura organizativa se basaba en la
organización informal con forma de “células” como la de los ecoextremistas,
pero esto podría cambiarse.
U.R.:
Bueno, como ya he dicho, muchos conservacionistas (o el movimiento
conservacionista tomado en su conjunto) no son miembros potenciales de un
movimiento contra el sistema tecnoindustrial, pero algunos de ellos sí podrían
serlo. Debería usted estudiar el caso del antiguo Earth First! Antes de que
Judi Bari y otros izquierdistas lo invadiesen. La mayoría de ellos tenían
valores e intuiciones correctos y, en parte, incluso un fuerte deseo de
destruir la tecnología moderna y la civilización. Si no hubiesen cometido
algunos graves errores ideológicos y políticos que permitieron (o incluso
invitaron) a los izquierdistas a apropiarse del movimiento, y si al menos
algunos de ellos hubiesen desarrollado seriamente sus ideas contrarias a la
civilización y al sistema industrial, podría haber surgido un movimiento
completamente diferente; quizá uno que mereciese la pena. No todos los
conservacionistas son necesariamente personas convencionales con valores
convencionales. ¿Merecería entonces la pena aproximarse al movimiento para la
conservación con el fin de reclutar gente entre los conservacionistas? Yo creo
que no. Si existen potencialmente buenos fichajes entre los conservacionistas,
encontrarán el modo de ponerse en contacto con un movimiento contrario a la
sociedad tecnoindustrial, siempre que dicho movimiento exista y difunda sus
ideas correctamente, de forma pública y en grado suficiente.
Algunas posibles fuentes para su investigación:
·
Martha F. Lee Earth First! Environmental Apocalypse. Syracuse
University Press. 1995. Existe una buena
reseña de este libro escrita por George Sessions en The Trumpeter (1996, vol. 13, no. 4).
· Susan Zakin Coyotes and Town dogs: Earth First! and the environmental
movement. The University of Arizona Press. 1993.
·
Uno de mis antiguos
compañeros escribió un artículo “De cómo la Tierra dejó de ser lo primero”,
acerca de los orígenes y la transformación del antiguo EF! en un grupo izquierdista. Da una versión
algo diferente de las de Lee, Zakin o Kaczynski, según la cual las semillas del izquierdismo estuvieron siempre presentes en EF! desde el principio (Mike
Roselle era un izquierdista y fue uno de los cuatro o cinco fundadores de EF!; promovieron
el pluralismo, la descentralización y la autonomía de las diferentes “células”,
favoreciendo así la invasión de los izquierdistas; se autodenominaban “anarquistas”;
etc.). Los izquierdistas invadieron EF!, pero los ingenuos/tontos “vaqueros”[10]
les abrieron las puertas y les invitaron a entrar, y no se dieron cuenta de las
consecuencias hasta que era demasiado tarde (algunos de ellos probablemente siguen
aún hoy sin darse cuenta totalmente del problema). http://www.naturalezaindomita.com/textos/de-cmo-la-tierra-dej-de-ser-lo-primero.
El FLT era un grupo izquierdista desde sus orígenes. “(Frente
de) Liberación” es una típica “etiqueta” izquierdista (liberación de la mujer,
liberación gay, liberación animal, liberación nacional, etc.). El FLT era una
versión del Frente de Liberación Animal, “orientada al ecologismo”. Y tan
inocuo para el sistema como éste. Lo que se necesita para destruir o siquiera
meramente para dañar de verdad gravemente al sistema tecnoindustrial, no es el
ecotaje o el ecoterrorismo (es decir, la destrucción o la violencia a escala relativamente
pequeña), sino algo mucho más masivo y terrible.
P.: ¿Y los
supervivencialistas?
U.R.: No lo sé, quizá
algunos de ellos podrían ser reclutados. En muchos aspectos, muchos de ellos
son similares a los conservacionistas: muchos de ellos valoran en gran medida
la Naturaleza salvaje, muchos suelen tener el sentimiento intuitivo acerca de
la maldad de la civilización y de la tecnología moderna (aunque tampoco la
mayoría de ellos lo desarrollan teóricamente), y muchos no son izquierdistas o
incluso son antiizquierdistas. Y muchos aficionados a la supervivencia y
temáticas similares (desde algunos “bushcrafters”[11]
a algunos aficionados a las tecnologías primitivas, pasando por algunos preparacionistas[12]),
al igual que muchos conservacionistas, valoran en gran medida la libertad, la
autonomía, la autosuficiencia, la independencia, etc., valores que,
correctamente entendidos, son en realidad incompatibles con el desarrollo
tecnológico moderno. Sin embargo, al igual que los conservacionistas, tienen
también ciertos rasgos que tienden a hacer de la mayoría de ellos unos fichajes
poco probables o incluso indeseables: les interesa principal o solamente
practicar sus actividades de supervivencia y similares, así como perseguir sus
fines, que son en gran medida individuales, personales y no “políticos”:
practicar técnicas de “bushcraft”, pasar tiempo en la Naturaleza, experimentar
aventuras, prepararse para el “día del juicio” (pero no preparar el “día del
juicio” ni hacer que ocurra), prepararse para emergencias, etc. Y la mayoría de
ellos no querrían en realidad librarse de la sociedad tecnoindustrial. Es más,
por lo que yo sé, muchos de ellos son sobre todo gente de acción, no tanto de
pensamiento. No les gusta reflexionar o investigar mucho acerca de los asuntos
complejos en los que hay que pensar si lo que a uno le interesa es destruir el
sistema tecnoindustrial. Prefieren hacer cosas materiales pero, para lograr la
meta de destruir la sociedad tecnoindustrial, esto no es suficiente; ni
siquiera es recomendable sin las necesarias investigación y reflexión profundas
acerca de ciertos temas complejos.
P.: Estoy
de acuerdo en que los supervivencialistas tienen un gran potencial como
fichajes pero discrepo por otro motivo. Creo que los supervivencialistas están
mayoritariamente a la defensiva, como los anarcoprimitivistas que defienden
sólo el “reasilvestramiento”[13] del
ser humano, pero no “hacen” nada contra la tecnología. No veo mucho interés por
atacar el sistema tecnológico entre los supervivencialistas y creo que
prefieren esperar a que se venga abajo de forma natural o debido a un desastre.
¿Y los
tradicionalistas y la derecha alternativa?
U.R.: ¿Quiénes son los
tradicionalistas? ¿Qué significa “tradicionalismo” según usted? Sea como sea, sospecho que la mayoría de la gente que usase este término para autodenominarse
serían bastante humanistas, es decir, lo que les preocuparía principalmente
serían los seres humanos, las obras y logros humanos y la cultura y la sociedad
humanas, no solamente la naturaleza humana: la parte de la mente y el comportamiento
humanos que viene determinada por la genética y la biología. Yo no lo soy. A
mí, a nivel “político”, solamente me preocupa la autonomía de la Naturaleza
salvaje. Considero que la naturaleza humana es parte de la Naturaleza salvaje,
pero el resto de los asuntos humanos no son importantes para mí e incluso
algunos de ellos los considero despreciables. Y creo que un movimiento que
realmente quiera destruir el sistema tecnoindustrial no debería ser humanista,
no debería tener la cultura y la sociedad humanas como sus principales valores
(el humanismo podría incluso, llegado el momento, poner en peligro la
consecución de la meta de destruir la sociedad tecnoindustrial).
Por otro lado, un
movimiento serio y eficiente contrario a la sociedad tecnoindustrial debería
mantenerse alejado tanto del izquierdismo como del derechismo. Hoy en día,
incluso, muchos de los valores de la derecha más moderada son fundamentalmente
los mismos que los de los izquierdistas: la igualdad, la solidaridad, la
cooperación, la comunidad, etc. Por supuesto, la derecha es algo bastante
diverso; entre el centro-derecha y la extrema derecha hay muchas derechas
intermedias y no todas tienen exactamente las mismas ideas, valores y fines. Pero,
por lo general, la derecha no está en contra de la tecnología moderna y sus
metas son básicamente las mismas que las de la izquierda: el progreso, el
desarrollo, el mantenimiento y crecimiento de la civilización.
P.:
Dice usted que el movimiento debería mantenerse también alejado de la derecha.
Pero, ¿a qué se refiere con “derecha”? Aunque los reaccionarios y los
tradicionalistas somos considerados parte de la derecha, la mayoría de nosotros
considera que los reaccionarios y tradicionalistas existían antes que la
derecha. Somos pre-derecha, ya que la derecha y la izquierda se basan en la
Ilustración y la modernidad. Son hijas de la Ilustración que dirían algunos.
Sea como sea, la derecha puede convertirse
en antitecnológica si las ideas de Kaczynski son promovidas. En mis intentos de
promover sus ideas entre nosotros he observado muchas reacciones positivas y un
gran interés.
U.R.:
O sea que, si no lo he entendido mal, usted se considera un
tradicionalista/reaccionario y miembro de la derecha. Bueno, como ya he dicho,
no estoy seguro de a qué se refiere con la etiqueta “tradicionalista/reaccionario”,
de modo que no puedo decirle si estoy de acuerdo con ella o no, o en qué medida
lo estoy; aunque a mí no me suena muy bien. Yo creo que realmente coincido
mucho más con algunos de los valores e ideas conservadores y derechistas que
con los izquierdistas (los cuales desprecio prácticamente en su totalidad),
pero, primero, también odio muchas de las ideas, valores y metas típicamente
asociadas a la derecha y, segundo, no ser A no es lo mismo que ser B, ya que
hay muchas otras “letras” posibles. Identificarse con la derecha porque uno odia
la izquierda no es muy inteligente. La gente, por naturaleza, suele necesitar
grupos con los que identificarse y etiquetas para autodenominarse. Y esta necesidad
psicológica suele ser mucho más fuerte que la razón y el buen juicio, de modo
que muchos tienden a abrazar los grupos y etiquetas prefabricados y limitados que
la sociedad les ofrece.
Sea como sea, ya le he dicho a usted cuál
pienso yo que debería ser la relación entre un movimiento contrario a la
sociedad tecnoindustrial y la derecha: ninguna en absoluto. “Muy probablemente
el principal peligro provendría de la gente de tipo izquierdista … Un
movimiento podría probablemente mantener alejada a dicha gente mediante un ataque verbal e ideológico continuo a las
creencias, ideas y fines izquierdistas. Si eso resultase ser insuficiente para
repeler a los izquierdistas, o si otros
tipos de indeseables (por ejemplo, derechistas) se viesen atraídos por el
movimiento, habría que encontrar otros medios para mantener el movimiento
‘puro’”. Ted Kaczynski, Anti-Tech Revolution: Why and How, Fitch & Madison, 2016. Página 125 (cursiva mía). Téngalo en cuenta.
P.: ¿Y los
anarquistas?
U.R.: Seguro que no.
En mi juventud estuve involucrado en entornos anarquistas y similares durante
varios años y sé bastante bien de lo que hablo: los anarquistas son
izquierdistas prácticamente siempre (y cuando no lo son, suelen ser unos
chalados irracionales).
P.:
¿Afirma usted que algunos anarquistas dicen no ser izquierdistas? ¿Se refiere a
los “post-izquierdistas”, es decir, a los anarquistas que critican a otros
anarquistas constantemente y les gusta el nihilismo?
U.R.: Yo no he dicho que algunos
anarquistas digan no ser izquierdistas. De hecho, la mayoría de los
anarquistas que he conocido (y son muchos) creen y dicen que no son
izquierdistas. Sin embargo, lo son de todos modos (decir que no se es
izquierdista no es una vacuna contra el izquierdismo; muchos izquierdistas
creen y dicen no ser izquierdistas). Lo que yo he dicho es que algunos anarquistas, de hecho, no son
izquierdistas (o podrían no serlo; o al menos no lo parecen), ya que dichos
anarquistas en realidad no parecen compartir los valores e ideas izquierdistas.
Pero son muy pocos en comparación con el resto de anarquistas.
Los anarquistas “post-izquierda” son izquierdistas también.
Por lo que yo sé, consideran “izquierdismo” sólo algunas formas antiguas y
clásicas del izquierdismo (como el anarcosindicalismo, el marxismo-leninismo y
cosas similares), pero no sus formas más recientes y (pos-)modernas. Con lo de
anarquistas no izquierdistas me refería más bien a algunos anarquistas individualistas, insurreccionalistas, etc. que
no comparten (o, a primera vista, parecen no compartir) los valores básicos del
izquierdismo (fundamentalmente: la igualdad, la solidaridad y el victimismo).
Sin embargo, en tales casos, casi siempre dan muestras de irracionalismo y
falta de autocontrol (emocional). De ahí que los haya llamado chalados.
En resumen, yo no pondría mis esperanzas en
encontrar buenos fichajes entre los auténticos tradicionalistas, anarquistas,
derechistas alternativos y demás grupos con una orientación “política”, aunque
puede que haya algunos individuos desorientados entre ellos, como lo estuve yo
respecto al anarquismo, que en realidad no se sientan identificados con las
ideas, valores y fines de esos grupos y que realmente no se sientan cómodos en
esos entornos, sino que meramente estén buscando un movimiento con el que
identificarse y con el que satisfacer su necesidad de encontrar a otra gente
como ellos y de expresar su insatisfacción e impulsos de rebeldía respecto a la
sociedad moderna. Sin embargo, muchas personas de este tipo suelen acabar
atrapadas psicológicamente en esos entornos por medio de vínculos
socioafectivos (acaban teniendo la mayoría de sus amigos y compañeros en dichos
entornos y al final olvidan sus tendencias y valores originales y genuinos y,
en la práctica, adoptan los de esos entornos). El resto de personas de este
tipo, al final acaban abandonando dichos entornos. Sin embargo, tampoco serían necesariamente
buenos fichajes. Muchos de ellos acaban tan decepcionados que, posteriormente,
evitan involucrarse en cualquier otro movimiento “político”. Y, de todas
formas, muchos de ellos carecen de la calidad (inteligencia y nivel cultural),
compromiso y disponibilidad necesarios para que merezca la pena reclutarlos.
Quizá sólo unas pocas de estas personas inadaptadas merecerían ser reclutadas
para formar parte de un movimiento contra la sociedad tecnoindustrial. Sin
embargo, por supuesto, un movimiento contrario al sistema tecnoindustrial no
debería dirigir sus energías a captar a esas personas inadaptadas dentro de dichos entornos. Si son lo
suficientemente fuertes como para evitar verse atrapadas en esos entornos y
realmente les interesa combatir la sociedad tecnoindustrial, acabarán saliendo
de ellos y encontrando al movimiento por sí mismos. El movimiento debería
limitarse a tratar de difundir su ideología públicamente manteniéndose alejado
de esos entornos.
P.:
Dice usted que algunos abandonan los entornos/grupos y acaban meramente
decepcionados. ¿Se refiere esto a que el grupo no “hace” cosas útiles ni se “compromete”
con la causa sino que sólo se lo toma como un hobby? ¿Como algo fácil y seguro?
Si bien, por ejemplo, los ecoextremistas “hacen” cosas importantes, las hacen
de forma idiota, y sin un compromiso político con nada que no sea en general un
comportamiento criminal recubierto de una mala comprensión de las ideas.
U.R.:
Yo no he mencionado ni me he referido a “tomar la causa como un hobby”. Pero
sí, hay también mucha gente que se toma la causa como un hobby.
Yo me refería sólo a ciertos individuos
decepcionados con los entornos izquierdistas. Lo que yo he dicho es que algunos
individuos que se acercan a los entornos izquierdistas acaban, después de un
tiempo, decepcionados con esos entornos ya que esos individuos en realidad no son izquierdistas por
naturaleza, sino gente insatisfecha con la sociedad tecnoindustrial que busca
un grupo en el cual expresar esta insatisfacción, y los grupos izquierdistas no
pueden ofrecer una forma apropiada de expresarla correctamente (es decir, de
acuerdo con las emociones, intuiciones y valores profundos de esos individuos
rebeldes pero no izquierdistas). Entonces, abandonan los entornos izquierdistas
(si es que no han sido psicológicamente atrapados por ellos), pero la mayoría
de ellos, para entonces, están tan hartos de la “política” (en el sentido
general del término, es decir, los intentos de cambiar la sociedad) que nunca
más volverán a intentar unirse a otro grupo “político”. Sólo unos pocos no se
rinden y siguen intentándolo. Algunos de estos últimos (no todos ni seguramente
siquiera la mayoría) podrían ser buenos fichajes.
P.: ¿Dice
usted que intentó organizarse con otra gente en el pasado pero que acabó
decepcionado con los resultados? Supongo que trató de llegar a los anarquistas
ya que dice que procede del anarquismo. ¿Cuáles fueron exactamente las
reacciones? ¿Las típicas acusaciones de que Kaczynski es un asesino o un machista?
¿O quizá lo intentó con otros grupos (como
los conservacionistas)? ¿Cuáles fueron los resultados si no le importa que se
lo pregunte? Tengo un gran interés en difundir las ideas de Kaczynski pero me
gustaría saber a quiénes no les suelen atraer. (De momento sabemos que los izquierdistas
odian a Kaczynski y ¡eso es bueno!).
U.R.:
No especule usted acerca de mí y lea con cuidado lo que escribo, por favor.
Mayoritariamente, mi decepción no es por causa de los anarquistas o los
conservacionistas. Yo corté mi relación con el anarquismo hace por lo menos
unos veinte años. La mayor parte de mi decepción es mucho más reciente y tiene
que ver con gente que no es anarquista ni izquierdista, sino, irónicamente,
simpatizante de ideas mucho más cercanas a las de Kaczynski.
P.: Me
preocupa la difusión real de las ideas de Kaczynski ya que parece que la
mayoría de ellas llegan a oídos sordos, o a los oídos de aquellos que no tienen
interés en comprometerse contra la sociedad tecnoindustrial.
Me percaté de este problema cuando noté que
el ecoextremismo se está expandiendo mediante supuestas nuevas células y el
anarcoprimitivismo es aún popular en los entornos políticos verdes. Mientras
que, en lo que respecta a las teorías e ideas de Kaczynski, sólo he podido
observar interés por parte de los conspiranoicos, los derechistas interesados
únicamente en la crítica de la izquierda, la gente interesada en los asesinos y
unos pocos profesores universitarios y gente de alto nivel que están de acuerdo
con Kaczynski pero no se comprometen mucho. Los ecoextremistas y primitivistas están
teniendo un éxito relativo a la hora de ganar gente, aunque siguen siendo
marginales.
U.R.:
Bueno, estoy de acuerdo con usted en que la mayoría de la gente que muestra
interés por las ideas de Kaczynski no parece ser la más deseable para ser
reclutada para un movimiento contra la sociedad tecnoindustrial. La mayoría de
ellos en realidad no entienden sus ideas en su totalidad y parecen entender y
tomar en cuenta sólo algunos aspectos concretos de ellas (si es que entienden
algo). Y, como usted dice, muchos están interesados en ellas por otros motivos diferentes
del compromiso con la eliminación del sistema tecnoindustrial. Las
circunstancias que rodean a Kaczynski y a sus ideas (el terrorismo, el
encarcelamiento, la publicidad dada a algunos aspectos de su vida personal y
familiar, etc.) atraen a sus ideas a demasiadas personas indeseables con
motivaciones erróneas. Y, en cierta medida, esto es incluso culpa del propio
Kaczynski: no sólo porque la estrategia que eligió (terrorismo) para difundir
sus ideas tiene estos efectos “políticos” negativos (atrae a los chiflados, a
la gente obsesionada con la violencia y/o con el asesinato y a los
izquierdistas radicales – incluidos a muchos anarquistas-)[14],
sino porque, por ejemplo, durante muchos años tras su encarcelamiento, expresó,
implícita o abiertamente, cierta afinidad o incluso simpatía por el anarquismo
(se autodenominaba anarquista, escribía en publicaciones anarquistas, dirigía
sus escritos a los anarquistas, etc.), no ha sido siempre todo lo cuidadoso que
debería a la hora de elegir con quienes trabajar o relacionarse (ni con quienes
relacionar a otros a través de él), etc. Sin embargo, también he llegado a
pensar que simplemente no hay mucha gente ahí afuera que realmente sean capaces
de entender correcta y suficientemente sus ideas, e incluso menos gente aún que
desee comprometerse con ellas. La mayoría de la gente es idiota y/o poco
formal. Por supuesto, hay excepciones, pero son muy pocas. Y siempre lo serán.
Y respecto al ecoextremismo y al
anarcoprimitivismo, no sé si realmente están creciendo o no, ni tampoco me
importa mucho. Además, creo que incluso podría ser bueno para un movimiento
serio en contra del sistema tecnoindustrial que esos dos movimientos estúpidos
atraigan y recluten a muchos de los indeseables (jipis, izquierdistas, gente
obsesionada con la violencia y la destrucción, gente con falta de autocontrol,
ignorantes, etc.) que de otro modo intentarían acercarse o entrar al movimiento
serio. Esos movimientos son para gente irreflexiva, impulsiva, indisciplinada,
irracional e idiota y obtienen lo que se merecen: basura. ¿Para qué sirve la
gente que se ve atraída por dichos movimientos? ¿Qué provecho obtendría un
movimiento serio teniéndolos como miembros o como seguidores? ¿Cómo podrían
ayudar a conseguir la meta del movimiento serio? Ese tipo de gente, cuanto más
lejos mejor.
P.: Ha
mencionado usted una idea válida acerca de los ecoextremistas y los
primitivistas: que actúan como filtro atrayendo a los indeseables de entre la
gente interesada en la destrucción de la sociedad tecnoindustrial. Sin embargo,
el problema aquí es que las personas adecuadas para ser miembros de un
movimiento serio y eficaz no saben dónde buscar más allá de esos dos grupos.
Cuando se unan a los ecoextremistas o a los primitivistas, se percatarán de sus
defectos, su idiotez y su izquierdismo y querrán abandonarlos y encontrar un
movimiento mejor. Sin embargo, hoy en día, no hay un movimiento revolucionario
que pueda aceptarlos en su seno, y esto es preocupante, ya que la gente más
adecuada simplemente los abandona sin tener clara qué dirección seguir. ¿Cómo
podría la gente válida saber que hay unas ideas apropiadas para ellos ahí
afuera? Porque dichas ideas permanecen en gran medida en secreto ocultas tras
la imagen de un asesino que sólo atrae a teóricos de la conspiración y a
admiradores de asesinos.
U.R.:
Buena pregunta. ¿Quizá difundiéndolas públicamente de una forma más
adecuada? Yo también creo que, en gran medida, la mala imagen pública de Kaczynski
y los problemas asociados a ella son un gran lastre para la correcta y óptima
difusión de sus ideas. Sin embargo, esto también tiene cosas buenas: hace que
sus ideas sean más difíciles de ser absorbidas y manipuladas en beneficio del
sistema por los reformistas (sienten tanta repugnancia por él que se mantienen
en gran medida apartados de sus ideas; y esto es bueno porque esa gente pudre
todo lo que toca).
P.: Realmente
me gustaría saber qué errores y qué tipos de gente evitar. Los escritos de Ted
Kaczynski ya esbozan unas pocas ideas pero me gustaría saber la opinión de
alguien con experiencia en tratar de crear proyectos u organizarse en torno a esas
ideas.
U.R.:
¿Errores a evitar? Es difícil decir cuáles, yo no soy tan experto como para
enseñar nada acerca de esto a nadie. Quizá un error importante a evitar, y uno
que Kaczynski parece no tomar suficientemente en consideración, sería hacer excesivo hincapié en la urgencia de organizarse y trabajar con
otras personas, empujar a la gente a intentar crear un movimiento cuanto antes, incluso cuando las
condiciones no son las adecuadas y no hay suficiente gente de la suficiente
calidad con la que juntarse. A veces es mejor estar y trabajar solo que tratar
de juntarse con la gente equivocada (y aquí no me estoy refiriendo sólo a los
izquierdistas, hippies y chalados, de los cuales ya ha hablado bastante
Kaczynski, sino también acerca de gente que en principio parece ser inteligente
y comprometida y entender las ideas y fines contrarios al sistema tecnoindustrial
pero que al final demuestran no entender tanto ni ser ni tan inteligentes, ni
tan comprometidos). Esta urgencia por organizarse podría (y de hecho suele)
hacer que uno pase por alto las diferencias o los indicios de discrepancias e
incompatibilidades (incluso los más evidentes e importantes) con otras personas
y sobreestime los aparentes puntos en común con ellos, cuando en realidad
simplemente no debería juntarse con esa gente. Kaczynski parece que está
haciendo demasiado hincapié en la necesidad urgente de organizarse y crear un
movimiento sin tomar esto en cuenta suficientemente, salvo por lo que respecta
a sus típicas advertencias acerca de los izquierdistas y chiflados. Si uno
anima públicamente a la gente a organizarse y a crear un movimiento (como hace
él en su último libro, por ejemplo), sin tomar prácticamente ninguna precaución
adicional más allá de decir que no se junten con izquierdistas (o derechistas),
alguna gente que en realidad no pertenece al tipo adecuado, es decir, gente sin
suficiente calidad, podría intentar organizarse y el resultado podría ser peor
que no organizarse en absoluto (podrían hacer las cosas tan mal que eso podría
acabar siendo muy malo para la causa). Incluso podrían destruir o entorpecer
posteriores oportunidades de que otra gente se organice adecuadamente en el
futuro.
P.: Espero
que no se sienta usted desalentado a causa de la decepción que ha experimentado
en lo referente a la respuesta a las ideas de Kaczynski. A menudo hace falta
que pase un tiempo para que las ideas se materialicen en forma de movimiento
como sucedió con el intervalo de tiempo que transcurrió entre la muerte de Karl Marx y el surgimiento del movimiento de Lenin. Quizá en el futuro exista un
gran movimiento y todo el trabajo sea recompensado.
U.R.:
Estoy decepcionado, pero no desanimado ni me he rendido, y nunca lo haré.
Simplemente ahora soy incluso más escéptico acerca de la posibilidad de crear
un movimiento contra la sociedad tecnoindustrial que sea realmente serio, no
izquierdista y eficaz, dada la demostrada escasez de gente de buena calidad y
la inherente dificultad de que ésta se organice adecuadamente. Y también ahora
soy incluso más cauteloso (aunque siempre he tratado de serlo) a la hora de
contactar y trabajar con otra gente.
Último Reducto
Contacto: ultimo.reducto@hotmail.com
[1] ©
Copyright 2018, Último Reducto para los fragmentos originalmente escritos por
U.R.
[2]
Adaptación del intercambio de correspondencia entre T.N. y U.R. ocurrido entre
los días 10 y 12 de diciembre del 2016. Las cartas originales estaban escritas
en inglés.
[3]
Traducción al inglés de “La revolución que viene”. El texto original en español
fue publicado por U.R. en Textos de Ted
Kaczynski, 2005. Nota añadida por
U.R. para este post.
[4] http://ultimoreductosalvaje.blogspot.com.es/search?q=textos+espurios.
Nota añadida por U.R. para este post.
[5] A lo
largo de todo este post, cuando U.R. usa el término “política” entrecomillado, se refiere
simplemente a aquello que está orientado a conseguir realizar cambios en una
sociedad. Nota añadida por U.R.
para este post.
[6] Véase
parte V, en el capítulo 1 de Anti-Tech
Revolution,. Nota añadida por U.R.
para este post.
[7]
Adaptación del intercambio de correspondencia entre C. y U.R. ocurrido los días
21 y 22 de febrero del 2018. Las cartas originales estaban escritas en español.
[8]
Adaptación del intercambio de correspondencia entre P.E. y U.R. ocurrido el 9
de enero del 2018. Las cartas originales estaban escritas en español.
[9]
Adaptación del intercambio de correspondencia entre P. y U.R. ocurrido en
varias ocasiones entre los días 17 de enero del 2018 y 31 de marzo del 2018.
Las cartas originales estaban escritas en inglés.
[10]
“Buckaroos” en el original. Nombre, procedente del español, por el que se conocía
a los fundadores de EF! y otros antiguos miembros ideológicamente afines a
ellos. Nota añadida por U.R. para este
post.
[11]
“Bushcraft” es un término inglés de difícil traducción al castellano
(literalmente sería algo así como “habilidades de monte o de matorral”). En
general se refiere al conjunto de técnicas y habilidades relacionadas con las
actividades en la Naturaleza, aunque, más en concreto, suele utilizarse
(también en español desde hace unos pocos años) para referirse sobre todo a las
técnicas relativas a la construcción de refugios para pernoctar, la preparación
e ignición de hogueras y la obtención de alimentos u otros materiales
necesarios para la subsistencia en la Naturaleza. Suele ser confundido con el
supervivencialismo (o survivalismo), incluso por sus propios practicantes, pero
se diferencia de éste principalmente en el fin. El supervivencialismo tiene
como fin sobrevivir en caso de emergencia (en la Naturaleza o no), el bushcraft
no persigue la supervivencia en casos de emergencia, sino el disfrute de la
Naturaleza mediante el contacto directo y estrecho con ella. Nota añadida por U.R. para este post.
[12] El
preparacionismo (del término inglés “prepper”, el que se prepara) es un tipo de
supervivencialismo encaminado especialmente a prepararse para sobrevivir a
largo plazo en casos de desastres naturales o crisis sociales. Nota añadida por U.R. para este post.
[13]
“Rewilding” en el original. En el caso de los primitivistas, el término
“rewilding” se refiere principal o exclusivamente al reasilvestramiento
psicológico, a volver a contactar y reconocer en uno mismo la naturaleza humana
(o más bien la falsa noción idealizada que de ella tienen la mayoría de
primitivistas), sea mediante el contacto con la Naturaleza no humana, mediante
la introspección o como sea. El
término “rewilding” se usa en el conservacionismo con otra connotación
diferente: reasilvestrar ecosistemas, es decir, favorecer la recuperación de su
carácter salvaje (aunque ambas nociones puedan llegar a tener relación, ya que
se refieren, en principio a la recuperación del carácter salvaje de la
Naturaleza; humana o no humana, respectivamente). Nota añadida por U.R. para este post.
[14] Esto
no pretende ser una crítica de la estrategia adoptada por Kaczynski para dar a
conocer sus ideas. Aquí U.R. pretende sólo señalar algunas de las
contrapartidas “políticas” que dicha estrategia inevitablemente conlleva. Muy
probablemente, Kaczynski no tuvo otra opción mejor que usar dicha estrategia
(cualquier forma pacífica y legal de dar a conocer sus ideas seguramente no
habría obtenido ni una mínima parte de la difusión que obtuvo usando la
violencia) y, por tanto, no se equivocó al usarla. Aunque tanto él como la
causa que defiende hayan tenido que pagar un alto precio por ello. Nota añadida por U.R. para este post.