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martes, 18 de noviembre de 2025

Cuando el nombre de una editorial se queda corto: nota sobre el libro "Desde un bosque lejano" de Errata Naturae

 Cuando el nombre de una editorial se queda corto: nota sobre el libro Desde un bosque lejano

Por Ediciones Isumatag, Naturaleza Indómita y Último Reducto

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Recientemente (27 de octubre de 2025) la editorial Errata Naturae ha publicado una colección de textos de Theodore Kaczynski bajo el título Desde un bosque lejano. Tecnología, colapso y revolución. Entre estos textos está el conocido manifiesto de Unabomber, La sociedad industrial y su futuro. En su prólogo, el editor afirma que “esta es la primera edición en castellano de [los principales escritos de Kaczynski], casi treinta años después de su detención”. Esta afirmación es simplemente falsa. En castellano, solamente en castellano, ha habido más de una decena de ediciones diferentes del susodicho manifiesto, algunas tan tempranas como la de Perfil Libros en 1997 o la de las extintas Juventudes Libertarias en 1998. En cuanto a los escritos más cortos, también han circulado en formato libelo desde el cambio de siglo y en un compendio desde 2005[i].

En concreto, en lo que nos atañe, Ediciones Isumatag publicó la única edición en castellano que ha contado con las aclaraciones y la autorización del propio autor[ii]. El “traductor” de esta edición, Último Reducto[iii], llevaba escribiéndose con Theodore John Kaczynski desde varios años antes de realizarla y, gracias a ello, pudo aclarar muchas cuestiones relativas a los temas que se describen y analizan en ese manifiesto. Los miembros actuales de Naturaleza Indómita[iv] participaron también en la elaboración y publicación de dicha edición.

Lo peor de todo, no es que la afirmación del prólogo de la edición de Errata Naturae acerca de la exclusividad y novedad de su edición sea sencillamente falsa, lo peor es que es mentira. No somos tan ingenuos como para creer que Rubén Hernández, el editor “profesional” de Errata Naturae que perpetró dicho prólogo, no sabía nada acerca de la existencia de ninguna de las ediciones anteriores en castellano de esos textos de Kaczynski. Probablemente hoy en día sea imposible para cualquier mercachifle hacer publicidad comercial de sus productos sin recurrir a cierto grado de ridículo y exagerado autobombo, pero Hernández se ha pasado de la raya. Pretende convencernos de que él acaba de inventar la rueda para encima vendernos un neumático mal recauchutado.

Ya que estamos, aparte de denunciar esta falacia, vamos a exponer las siguientes críticas a este libro de Errata Naturae.

§    La edición tiene serias deficiencias a varios niveles:

1.      A nivel meramente técnico es una chapuza monumental. La “traducción” y edición de los textos es pésima y nada profesional.[v] Desde un bosque lejano contiene unos textos notablemente mutilados y manipulados aquí y allá según criterios muy alejados de lo admisible en una traducción seria. El libro está lleno de interpretaciones demasiado “laxas” -más bien ideológicamente motivadas y sesgadas-;[vi] omisiones totales[vii] o parciales[viii] de fragmentos presentes en el texto original;[ix] o añadidos injustificables al texto original sin señalar que son obra del “traductor”, Marcos Nava, de modo que parece que esos fragmentos añadidos fueron escritos originalmente por Kaczynski.[x] Además de confusiones gramaticales que modifican seriamente el significado del texto.[xi]

2.   A nivel ideológico/psicológico, ningún traductor que pretenda ser profesional debería prestarse a reescribir manuscritos según la ideología dominante del momento o del pagador. Cualquier traductor que verdaderamente se precie de serlo tratará de mantenerse fiel al contenido de la obra que esté traduciendo, pero Nava es un izquierdista tan sobresocializado y gazmoño que, a la hora de “traducir” (si es que se puede llamar “traducir” a eso que él hace) es incapaz de evitar anteponer su propio credo ideológico y sus melindrosos escrúpulos políticamente correctos al rigor y calidad como traductor.[xii] 

En cuanto al editor, tres cuartos de lo mismo. Ningún editor profesional que no esté seriamente limitado por su propia camisa de fuerza ideológica (o que no sea un sinvergüenza; véase 3) aceptaría semejante manipulación de la obra original. Ambos, “traductor” y editor, son precisamente ejemplos paradigmáticos de esos izquierdistas a los que describía y se refería Kaczynski en sus textos originales. Y encima ellos se creen que no lo son y que los izquierdistas son otros. El doctor Kaczynski les ha dado, póstumamente, un diagnóstico y ambos están en la fase de negación del mismo.

3.   A nivel moral, añadir, eliminar o modificar partes del texto original, para hacer decir a la “traducción” lo que en realidad el original no dice está mal y, aunque Nava sea culpable de haber destrozado el texto original combinando su incompetencia como traductor y su intolerancia pacata a todo aquello que se salga de su estrechez ideológica, Hernández, tiene incluso más responsabilidad, precisamente por ser el editor, ya que ha tolerado, aceptado y difundido las chapuzas y trampas hechas por Nava y las ha publicado, a sabiendas de que lo son y de que el texto original no se parece en realidad prácticamente nada a ese engendro que él ha publicado. Sabe que cualquier libro de Kaczynski se va a vender bien, aunque la “traducción” sea una reverenda mierda progre (o quizá precisamente debido a ello), y lo demás se la pela.

No podemos por menos que sospechar que la clase de modificaciones que han realizado Nava y Hernández, las cuales cambian sustancialmente el sentido de lo que se expresa en los textos originales de Kaczynski, responde en buena medida a un intento de tergiversar o edulcorar las ideas de éste, para que casen no sólo con la propia mentalidad progre y políticamente correcta de estos dos sujetos, sino con la de un público muy concreto al que pretenden vender un producto retocado a su medida: los demás izquierdistas como ellos.

En realidad, a pesar de los aparentes elogios y pretendido interés por la figura y los escritos de Theodore John Kaczynski que Hernández expresa en el prólogo, ninguno de ambos, “traductor” o editor, muestra en la práctica la más mínima decencia (poco han aprendido del texto “Moralidad y revolución” que incluyen en esta edición) ni ningún respeto por un autor y una obra de los que claramente se están aprovechando política y económicamente.

En resumen, tanto la editorial como el “traductor” han tenido la desfachatez de alterar el texto original a su antojo de forma infame, sin siquiera señalar y aislar dichas modificaciones en forma de notas del editor/traductor como deberían haber hecho de tener un mínimo de vergüenza (esto además es un ejemplo de 1 también).

En consecuencia, este despropósito de edición de algunos de los textos de Kaczynski es, sin duda, la peor de las que hemos podido leer en España.

§         En el prólogo hay además una serie de informaciones erróneas, las cuales creemos importante comentar:

-     El editor dice que “[Kaczyski] estuvo implicado en las actividades de grupos ecologistas radicales como Earth First! desde 1987”. Salvo por su participación en la Audubon Society en su juventud, no tenemos constancia de que Kaczynski participase como miembro en otros grupos ecologistas, radicales o no. Y hay que señalar que en realidad Kaczynski tampoco llegó nunca a participar en Earth First! (EF!) como miembro. De hecho, cuando una vez intentó contactar con esa organización para integrarse en ella, la impresión que obtuvo fue que los miembros con los que había contactado eran “izquierdistas poco socializados”.[xiii] Aun así, sí que parece que siguió a distancia y desde fuera la evolución de EF! e incluso les mandó sugerencias sobre estrategia.[xiv]

-   Hernández, basándose en Alston Chase, menciona una lista de lecturas que supuestamente inspiraron el pensamiento de Kaczynski. Esta lista de presuntas influencias puede que sea falsa en gran medida, según explica Sean Fleming, estudioso del caso Unabomber que ha tenido ocasión de investigar en detalle las obras que inspiraron o servían para apoyar la argumentación del manifiesto, en su artículo de 2021, “The Unabomber and the origins of anti-tech radicalism”, publicado en Journal of political ideologies: “No hay pruebas de que Kaczynski leyese a la mayoría de los autores que Chase y Corey citan como sus influencias, pero sí hay algunas pruebas de que Kaczynski no leyó a algunos de ellos. [… Kaczynski escribió en sus notas privadas] que ‘nunca había leído nada’ de muchos de los autores [que Chase y algunos otros] citan como fuentes del Manifiesto: Alfred Adler, Hannah Arendt, John Dollard, Leon Festinger, Chalmers Johnson, Barrington Moore, Lewis Mumford, Mancur Olson, Talcott Parsons y E. F. Schumacher. Kaczynski confirmó que había leído a B. F. Skinner, así como tres libros de Jacques Ellul: The Technological Society, Autopsy of Revolution y Propaganda. No obstante, negaba que el Manifiesto estuviese influenciado por varios de los autores que había leído. En particular, ‘leí una pequeña parte de The Authoritarian Personality [de Adorno et al.], pero dejé de leer cuando se desvió hacia tonterías psicoanalíticas’. Leyó Growing Up Absurd de Paul Goodman, pero no ‘hasta después de que el N.Y. Times y otros hubiesen recibido el Manifiesto’”.

Por cierto, hablando de dudosas influencias intelectuales, en una nota añadida en la página 54, el “traductor” dice[xv]:

En realidad, el concepto en el que Kaczynski basa su antropología y su crítica de la alienación evoca el trabajo sobre uno mismo que encontramos, por ejemplo, en autores como Henry David Thoreau o Max Stirner. Por ello hemos decidido traducirlo como “proceso de autorrealización”.

Sin embargo, en lo referente a la idea del “proceso de poder”, Sean Fleming, en el artículo mencionado más arriba, señala, acertadamente, unos autores totalmente distintos: Desmond Morris y Martin Seligman. Fleming se ha tomado la no pequeña molestia de consultar directamente una copia privada del manifiesto, gran parte de las abundantes notas privadas y correspondencia de Kaczynski que se conservan principalmente en el archivo Labadie Collection de la Universidad de Michigan. Por supuesto, ni el “traductor” ni el editor de Desde un bosque lejano han intentado siquiera hacer nada parecido a la hora de preparar su edición y se ve que han preferido fiarse de fuentes dudosas o simplemente darse a la creatividad y la ficción a la hora de referirse a Kaczynski. Algo, por otra parte, muy habitual entre la mayoría de quienes hablan públicamente de él.

-       Hernández afirma que “Para entender [el valor de ‘La sociedad industrial y su futuro’, así como el resto de ensayos de Kaczynski], conviene por tanto situarlos en el contexto ruinoso del último ciclo revolucionario en Occidente […] el canto del cisne de la acción armada en esta zona del mundo: las Brigadas Rojas en Italia, la Fracción del Ejército Rojo en Alemania, Acción Directa en Francia, ETA en España y Euskadi, el Black Panther Party en Estados Unidos…” Además, en la página siguiente, escribe: “aquel lobo solitario que se radicalizó en una biblioteca leyendo a los mismos autores que los demás admirábamos, parecía representar algo que la izquierda creía perdido para siempre: un vínculo sólido entre la teoría y la práctica [clásica expresión marxista]...” (cursivas añadidas). Aquí, hábilmente, el editor dice sin decir. No dice explícitamente que Kaczynski fuese izquierdista, pero sugiere que Kaczynski fue un revolucionario inserto en el “último ciclo revolucionario de Occidente” junto con un montón de grupos terroristas izquierdistas, usándolo así como referencia para reprochar a la izquierda actual su falta de autenticidad. Luego se sobreentiende que, según el editor, Kaczynski era un izquierdista “de los de verdad”.

Además, que, de EE.UU., sólo menciona a los panteras negras, habiendo habido en ese país en los años 70 un montón de envíos bomba (cientos al año, a inicios de la década), seguramente casi todos por parte de grupos de izquierdas. Allí, por aquel entonces, el terrorismo era algo habitual, no hacía falta por tanto mentar a los grupúsculos marxistas-leninistas europeos. Pero el editor, claramente albergaba una intención al hacerlo: sugerir que todos estaban en el mismo ciclo a pesar de que fuesen diferentes. El editor insinúa, mezcla las cosas, confunde, etc. con tal de vincular a Kaczynski con su (del editor) versión de lo que, según él, tendría que ser la izquierda (un anarquismo revolucionario de masas o algo así). 

Recordaremos pues, lo que el propio Kaczynski dijo cuando en 2008 la editorial suiza Xenia publicó L’Enffondrement du Système Tehnologique/The Road to Revolution, una edición en francés e inglés de algunos de sus textos, también vinculándole injustificadamente en el prólogo (obra del editor/traductor un tal Patrick Barriot) con el terrorismo de izquierdas en particular y con el izquierdismo en general:

 

Yo desconocía completamente el contenido del epílogo del Dr. Barriot antes de la publicación del libro. Cuando el libro salió a la luz quedé anonadado al ver que una parte del epílogo del Dr. Barriot (la mitad superior de la página 360) repetía las mismas ideas izquierdistas de las cuales yo siempre me he esforzado por mantenerme alejado, y la otra parte me vinculaba con las “Brigadas rojas”, la “Facción del Ejército Rojo”, el “Frente de Liberación Animal” y otros de los grupos de extrema izquierda que yo desdeño”.[xvi]

 

Como se puede ver en dicha nota,[xvii] los desmanes cometidos por Errata Naturae en esta edición no son algo nuevo, abusos similares han ocurrido ya más veces en el pasado. No obstante, nadie había llegado tan lejos tergiversando los escritos de Kaczynski. Ante esta actuación, hemos tenido que extendernos en pormenores y detalles concretos para exponer ejemplos ilustrativos y, sin embargo, solamente hemos mencionado una mínima parte de todo lo que está mal en esta edición. Parece que, por desgracia, la figura y obra de Theodore John Kaczynski atrae a cierto tipo de gente indeseable e impresentable como la miel a las moscas. Y que estas sabandijas se esfuerzan una y otra vez en arruinar esa miel con sus patas llenas de inmundicia. Lo de Errata no engaña, más bien se queda muy corto.

 

Ediciones Isumatag, Naturaleza Indómita y Último Reducto, noviembre de 2025



[i] Textos de Ted Kazcynski, 2005, Último Reducto, Bilbao.

[ii] La sociedad industrial y su futuro, Freedom Club, 2011, Ediciones Isumatag, Valladolid.

[v] Por cierto, esto no es algo que nosotros seamos los primeros en criticar a Errata Naturae y al “traductor” de esta edición, ya que, por ejemplo, en su momento Diego Clares, en su página web, también les criticó la mala calidad técnica de las “traducciones” y ediciones de las obras de Henry D. Thoreau que habían publicado. (Diego Clares, “Errata Naturae: las peores ediciones de las obras de Thoreau”, en Henry D. Thoreau, 12 de enero de 2020: https://thoreauencastellano.com/2020/01/12/errata-naturae-las-peores-ediciones-de-las-obras-de-thoreau/). Encima reincidentes…

[vi] Como “traducir” “disruption” (“trastorno”) por “desigualdad” (página 37) o “collectivism” (“colectivismo”) por “comunismo” (página 39).

[vii] Por ejemplo, han eliminado los títulos de los apartados que agrupaban por secciones los 232 puntos de La sociedad industrial y su futuro, es decir, ningún lector de esta edición podrá saber qué párrafos estaban en las secciones La naturaleza de la libertad o El control del comportamiento humano, por ejemplo. También han prescindido de un considerable número de notas explicativas que son parte del manifiesto original y que han permanecido en las últimas ediciones en inglés revisadas por el propio Kaczynski (en concreto, las notas numeradas como 1, 3, 9, 10, 11, 15, 16, 17, 20, 21, 22, 23, 27, 28, 32 y 35 en la primera edición en inglés de 1995).

Y, por ejemplo, en el punto 11 del manifiesto dentro de lo que sería la sección Sentimientos de inferioridad, se expone cómo reaccionan algunas personas que tienen baja autoestima o sentimientos de inferioridad cuando en el lenguaje cotidiano se utilizan ciertas palabras para referirse a algunos grupos presuntamente oprimidos. Estas personas encuentran esas palabras despectivas o peyorativas. Ahora bien, en la edición de Errata, el lector no va a encontrar esas palabras escritas porque cuatro frases enteras dedicadas a exponer ejemplos concretos de las mismas no se han incluido en esa edición. La corrección política del “traductor” (y probablemente también del editor) ha actuado sobre un texto que explícitamente considera esa misma corrección política un rasgo problemático del izquierdismo, además de un indicador de trastornos psicológicos.

[viii] A algunas de las notas que sí han conservado en la “traducción” les han quitado párrafos enteros y no precisamente de 4 palabras. Por ejemplo, las siguientes notas del manifiesto (según la numeración del original en inglés de 1995) están notablemente mutiladas en la edición de Errata Naturae: 4, 6, 26, 30.

[ix] Además, en la última edición autorizada del manifiesto en inglés (incluido en Theodore John Kaczynski, Technological Slavery, Vol. One, Enhanced Edition, Fitch & Madison, 2022) hay nuevas notas obra del autor, trozos añadidos por Kaczynski a algunas de las notas antiguas y comentarios suyos añadidos a algunos párrafos. Por supuesto todo esto también falta en la presuntamente completísima, actual y novedosa edición/”traducción” de Errata Naturae.

[x] Como, por ejemplo, meter frases, obra del “traductor”, diciendo que es falso que las “minorías oprimidas” sean inferiores (página 41) o que las mujeres sean más débiles que los hombres (página 43).

O como añadir al título del texto “Moralidad y revolución”, furtivamente de nuevo, “Una mirada anarquista” como subtítulo, sugiriendo por tanto que dicho subtítulo es obra de Kaczynski y que, por tanto, Kaczynski era anarquista. A este último respecto es necesario señalar que en un añadido de 2016 a la nota 59 de la última edición del manifiesto en inglés (incluido en Technological Slavery, 2022, pág. 110), Kaczynski, renegó abiertamente del anarquismo: “En 1995 describí a FC como ‘anarquista’ porque pensé que sería ventajoso tener alguna identidad política reconocida. En aquella época yo sabía muy poco acerca del anarquismo. Desde entonces he aprendido que los anarquistas, al menos los de los EE.UU. y el Reino Unido, no son más que un montón de ineptos y soñadores irremediablemente ineficientes que no sirven para nada. Huelga decir que yo ahora rechazo cualquier relación con el anarquismo”.

En este caso el “traductor”, como en el resto de manipulaciones que ha hecho en los textos, trata de arrimar el ascua de la fama de Kaczynski a su propia sardina ideológica manipulando el texto de modo que el lector obtenga la impresión de que Kaczynski era alguien ideológicamente afín al “traductor” y a su entorno político (y viceversa). Es éste un claro y descarado ejemplo de cooptación o apropiación ideológica.

[xi] Por ejemplo, el fragmento del texto original: “The leftist is not typically the kind of person whose feelings of inferiority make him a braggart, an egotist, a bully, a self-promoter, a ruthless competitor. This kind of person has not wholly lost faith in himself. He has a deficit in his sense of power and self-worth, but he can still conceive of himself as having the capacity to be strong, and his efforts to make himself strong produce his unpleasant behavior” (párrafo 19 de “La sociedad industrial y su futuro”), se podría traducir aproximadamente así: “El izquierdista no es la típica clase de persona cuyos sentimientos de inferioridad hacen de él un fanfarrón, un egoísta, un abusón, un ambicioso o un competidor despiadado. Las personas de este tipo no han perdido completamente la confianza en sí mismas. Tienen un déficit en su sensación de poder y de propia valía, pero aún pueden imaginarse a sí mismas con capacidad de ser fuertes, y son sus esfuerzos por hacerse fuertes los que producen sus desagradables comportamientos”. Claramente Kaczynski se está refiriendo en todo este trozo a los fanfarrones, egotistas, etc. que lo son debido a un déficit de autoestima, no a los izquierdistas. Y esto queda bien claro en las frases que vienen a continuación en el original: “But the leftist is too far gone for that. His feelings of inferiority are so ingrained that he cannot conceive of himself as individually strong and valuable. Hence the collectivism of the leftist. He can feel strong only as a member of a large organization or a mass movement with which he identifies himself” [“Pero para el izquierdista ya no hay remedio. Sus sentimientos de inferioridad están tan arraigados en él que no puede imaginarse a sí mismo como alguien individualmente fuerte y valioso. De ahí el colectivismo del izquierdista. Sólo puede sentirse fuerte como miembro de una gran organización o de un movimiento de masas con los que identificarse”]. Sin embargo, el traductor no sólo ha omitido (¿convenientemente?) estas últimas frases, sino que ha traducido el fragmento anterior así: “Sin embargo, el izquierdista no suele ser el tipo de persona cuyos sentimientos de inferioridad le conviertan en un fanfarrón, un egoísta, un matón o un competidor despiadado. Por suerte no ha perdido por completo la fe en sí mismo. Tiene un déficit en la percepción de su propio poder como individuo y su sentido de la autoestima, pero aún lucha por concebirse como alguien fuerte” (página 45). Es decir, ha alterado los sujetos de las oraciones originales, otorgando a los izquierdistas, como él mismo, un mínimo residuo de autoestima y fortaleza psicológica que, según el texto original, ni siquiera tienen.

[xii] Por ejemplo, Nava no se atreve a traducir literalmente ciertos términos presentes en el original y los sustituye por eufemismos inexactos. Así, “traduce” el término “hate” como “rechazar” (página 43), cuando la única traducción adecuada es “odiar” y “traduce” “hatred” como “castigo” o “cuestionamiento” (pagina 46), cuando realmente significa “odio”, “desprecio” o “aversión”.

[xiii] Véase “Carta de Ted Kaczynski a David Skrbina del 30 de octubre del 2008”, págs. 2-3. (https://drive.google.com/file/d/1GlTO9kbS6iSlPoMwHq6i14qpLH0boeva/view?usp=drive_link). 

[xv] En realidad esta presunta nota del “traductor” no es más que una copia incompleta de una nota del traductor de la edición en francés del manifiesto de Unabomber realizada por los izquierdosos anticapitalistas “antiindustriales” L'encyclopédie des Nuisances en 1998:

 

En américain [sic] power process: littéralement “processus de pouvoir”, qui n’a guère de sens en français. En fait le concept sur lequel Kaczynski fonde son anthropologie et sa critique de l’aliénation évoque l’exercice de soi à la manière de Thoreau, l’activité vitale comme Mumbford en parte, et aussi l’instinct de puissance distingué par Hesnard. On peut également y discerner quelque chose de l’égoïsme affirmé par Stirner. Tout cela étant, “processus d’auto-accomplissement” a paru la traduction la plus convenable. (N. d.T.). [En inglés americano power process: literalmente “proceso de poder”, que no tiene mucho sentido en francés. De hecho, el concepto en el que Kaczynski basa su antropología y su crítica de la alienación evoca el ejercicio de uno mismo al estilo de Thoreau, la actividad vital tal y como la describe Mumford, y también el instinto de poder distinguido por Hesnard. También se puede discernir en él algo del egoísmo afirmado por Stirner. Teniendo todo esto en cuenta, “proceso de autorrealización” nos pareció la traducción más adecuada. (N. del T.)].

 

¡Menuda referencia! Dios los cría y ellos se juntan.

[xvi] Fragmento de “Nota acerca de The Road to Revolution”  de Ted Kaczynski (6 de abril de 2009). El original manuscrito de este fragmento en inglés se puede ver en: https://drive.google.com/file/d/1Xw9rAdnLXCDWxY0ARCb4h0nNGnrfTGbF/view?usp=sharing.

[xvii] Véase: “Nota acerca de The Road to Revolution": https://ultimoreductosalvaje.blogspot.com/2015/03/nota-acerca-de-road-to-revolution.html.

domingo, 7 de septiembre de 2025

Génesis

 English version: Genesis 

Génesis[1]

En el principio era el mundo, y no era ni malo ni bueno. Y del mundo surgió el Hombre. Y el Hombre creó un espíritu a su imagen y semejanza y lo llamó Satanás, y vio que era malo. El espíritu maligno, al ver que los hombres recelaban y le evitaban debido a su evidente maldad, creó a escondidas un espantapájaros y se introdujo en él. Acto seguido se presentó ante los hombres diciendo: “Soy Dios, soy el Bien”, y entonces los hombres se le acercaron y le escucharon y siguieron sus órdenes y le sirvieron, y lo hicieron de buena gana porque vieron que Dios era bueno. Y así es como el demonio, disfrazado de Dios, engañó a los hombres para que le obedeciesen y sirviesen creyendo que hacían el Bien. Y, de este modo, al final Satanás logró subyugar el mundo.



[1] © 2025, E=m.c2

sábado, 23 de agosto de 2025

INTERCAMBIO DE CORRESPONDENCIA XVIII




ADAPTACIÓN DE UN INTERCAMBIO DE CORRESPONDENCIA XVIII: sobre el ideal de la Naturaleza salvaje y el concepto de “orden social” de Ted Kaczynski.

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LM: En “Adaptación de un intercambio de correspondencia XVI: (Parte II)”, Aram cita un fragmento del prólogo de Anti-Tech Revolution de Kaczynski:

En otros lugares he hablado del valor positivo de la naturaleza salvaje y de una vida cerca de la naturaleza y, si vivo para completar el segundo volumen de Technological Slavery, incluirá una sección titulada ‘Is There Such a Thing as Wilderness? Is There Such a Thing as the Balance of Nature?’ [‘¿Existe algo así como la naturaleza salvaje? ¿Existe el equilibrio de la naturaleza?’], que debería contribuir en gran medida a disipar cualquier aura de nihilismo que pueda parecer que rodea a la oposición radical al sistema tecnológico. 

Según esto, para Aram, Kaczynski escribiría “un ensayo metafísico, espiritual y no-racional”.

En cambio, usted dice que, según un borrador del texto “Is There Such a Thing as Wilderness? Is There Such a Thing as the Balance of Nature?”, Kaczynski “no se dedica a hablar de metafísica en absoluto” y que “de hecho es un texto que se ajusta bastante a la forma de razonar pragmática (¿se refiere al ‘pragmatismo miope’ del que usted habla con Sean Fleming?) y con los pies en el suelo típica de Kaczynski”.

Pues bien, de hecho, si uno lee a Kaczynski quizá sí pueda interpretar ciertos toques de nihilismo. Por ejemplo, en una carta a A.O., dijo:

Las revoluciones nunca logran crear el nuevo orden social con el que sueñan los revolucionarios. Pero la destrucción suele ser más fácil que la construcción, y las revoluciones [incluida la Revolución Rusa] a menudo logran destruir el viejo orden social contra el que se dirigen. Si los revolucionarios de hoy abandonaran toda ilusión sobre la posibilidad de crear una sociedad nueva y mejor y se fijaran como objetivo simplemente la muerte del sistema industrial, bien podrían alcanzar ese objetivo.

Esto puede recordar al programa de acción del llamado “nihilismo terrorista” de allá por las décadas del 60 y 70 del siglo pasado, cuando algunos de los partidarios de la acción violenta del movimiento de la “Nueva Izquierda” decían: “no sabemos ni nos interesa lo que ocurrirá después [...] nuestra tarea consiste solamente en destruir los actuales esquemas imperfectos, injustos y destructores de la personalidad humana. [Nos negamos a pensar en lo que se deberá hacer después] porque entonces nos dividiríamos, mientras que ahora nos mantiene unidos la consigna única de la destrucción”.

No estoy intentando relacionar a Kaczynski con eso de la “Nueva Izquierda” ni mucho menos, es sólo un ejemplo de cómo uno podría pensar que la preocupación por las formas concretas que adoptará una nueva sociedad es algo irrelevante o secundario, puesto que, por ejemplo, si el sistema industrial es destruido con una efectividad considerable (si las principales áreas de influencia de la tecnología moderna son inhabilitadas), entonces no habría preocupación de que se pueda volver a él (por lo menos por un tiempo), y, por tanto, podría pensarse que lo principal sería sólo la destrucción del sistema actual, sin una idea concreta sobre lo que habrá después del colapso. Creo que en realidad lo que pase después sí es algo secundario (por lo menos por ahora), pero eso no significa que sea irrelevante o que no se pueda/deba ver nada más allá; incluso el plantearse si existe algo así como la naturaleza salvaje podría unir a ciertas personas y repeler a otras. Y claro que tampoco se trata de plantear una sociedad utópica (o un mundo utópico), sino de resaltar ciertos rasgos positivos que podría haber en el caso de abolir el sistema actual de manera voluntaria, es decir, a causa de un movimiento dedicado a ello, no a causa de un autocolapso del sistema.

Desconozco si la sección de la cual Kaczynski planeaba escribir se completó, pero, creo que no tendría nada que ver con un “ensayo metafísico, espiritual y no-racional”, sino, sólo con tratar el asunto del atractivo y los beneficios posibles de la vida en la naturaleza salvaje (maximizar la autonomía individual) y de que sí puede ser posible (en ciertas maneras) y relativamente soportable. Claro, no sería un paraíso natural y, de hecho, por lo menos los primeros años después del colapso del sistema serían especialmente violentos y duros; la violencia podría bajar considerablemente con el tiempo, pero, aun así, la vida seria dura, lo cual no es necesariamente algo negativo, de hecho, una “vida dura” en el sentido de exigir esfuerzo físico personal para realizar las actividades básicas cotidianas para uno mismo o un pequeño grupo de allegados, sería un rasgo positivo, pues implicaría atravesar más amenamente el segundo punto del llamado proceso de poder (esfuerzo; véase “Industrial Society and Its Future”  (ISAIF), párrafos 33-37 y 42). ¿Es esto algo similar a lo que Kaczynski pretendía escribir para “disipar cualquier aura de nihilismo” en su oposición y crítica radical al sistema tecnológico (tomando en cuenta su borrador)? ¿Cree usted, Último Reducto, que exista algo así como la naturaleza salvaje y/o un equilibrio de la naturaleza? ¿Considera importante establecer si existe o no para borrar posibles interpretaciones nihilistas y quizá unir a ciertas personas o cree que es suficiente con los toques no nihilistas que se hacen notar tanto por Kaczynski como por el sentido común? A más de eso: ¿Es usted nihilista (en el sentido en que aquí se usó el término)? Supongo que no.


[Este texto es mucho más largo, para leerlo haz clic aquí]


lunes, 18 de agosto de 2025

INTERCAMBIO DE CORRESPONDENCIA XVII

 






ADAPTACIÓN DE UN INTERCAMBIO DE CORRESPONDENCIA XVII: sobre la humanización de las máquinas.

 

K: Quiero añadir algo a los comentarios que hace usted en su blog sobre los robots que tienen características similares a las de los seres humanos, incluso demasiado similares.

En la cultura popular, los robots o las máquinas no suelen representarse como seres desprovistos de emociones similares a las de los seres humanos. Incluso en aquellas películas que supuestamente representan un conflicto entre seres humanos y máquinas, a menudo hay máquinas o robots “buenos” que ayudan a los humanos. Estos robots se retratan con características y emociones similares a las humanas (algunas peculiaridades individuales o giros lingüísticos, emociones “buenas” como la simpatía, el altruismo, el coraje, el sentido del humor, etc.). La trama real de estas películas es que esas máquinas “buenas” desarrollan esas características similares a las humanas a lo largo de la película al hacerse amigas de las personas u observarlas, o que los seres humanos les enseñan esas capacidades similares a las humanas, al ver su predisposición para ellas. En la película Terminator, el protagonista es un robot de este tipo.

Por supuesto, los creadores de la película utilizan estas técnicas (robots similares a los seres humanos que muestran características humanas) para despertar las emociones de los espectadores y hacer que amen a los personajes y a la película. Sin embargo, estas representaciones de robots similares a los humanos también funcionan como propaganda. Acostumbran a las personas a los robots, les hacen sentir más cercanas a las máquinas y las normalizan.

En la vida real, las empresas que desarrollan robots añaden cualidades humanas a sus máquinas para hacerlas más atractivas para los consumidores. Puede que no sean estrictamente cíborgs humanoides, pero generalmente tienen algunas características humanas para atraer a las personas. Un ejemplo de lo que intento decir es la versión parlante de ChatGPT. No sólo suena demasiado humana, sino que también habla como un ser humano extremadamente emocionado y enérgico. Suena entusiasta, alentadora, optimista, etc. Sin duda, se trata de una técnica de marketing. Además, está equipada con todas las típicas opiniones y valores políticamente correctos.

Aparte de las características humanas, las empresas también pueden utilizar el “efecto enternecedor”, la tendencia de las personas a gustarles las cosas pequeñas y parecidas a los bebés.

UR: Creo que sus comentarios sobre si los robots tienen características humanas o no son en su mayoría acertados y dignos de tener en cuenta, pero al mismo tiempo no refutan mi afirmación de que, hasta la fecha y en la cultura popular, los robots suelen considerarse como seres sin sentimientos y exclusivamente fríos y lógicos, sin emociones. No me refiero sólo o principalmente a algunas películas de ciencia ficción, novelas y similares, sino al uso mayoritario del lenguaje y a las ideas comunes de la gente corriente acerca de los robots. Hasta la fecha, en todo el mundo, decir que alguien es o actúa “como un robot” significa que esa persona es (o parece ser) fría, calculadora, lógica, hiperracional, metódica y completamente desprovista de emociones o cualquier otra característica no racional; o simplemente que se comporta de forma automática sin ser consciente de lo que hace. Y, por lo general, todo esto se considera algo malo en un ser humano.


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jueves, 14 de agosto de 2025

Comentarios sobre “En busca del ecoterrorismo”

Nota: este texto hace referencia al artículo de Sean Fleming “Searching for ecoterrorism”(American Political science Review, vol. 118, número 4, Noviembre 2024, págs. 1986-1999), por lo que para una plena comprensión de los siguientes comentarios es recomendable haber leído previamente dicho artículo. Se puede leer la traducción al castellano del artículo de Fleming (“En busca del ecoterrorismo”) aquí: https://ultimoreductosalvaje.blogspot.com/2025/08/en-busca-del-ecoterrorismo.html


 

Comentarios sobre “En busca del ecoterrorismo” 

[Los siguientes comentarios fueron enviados a Sean Fleming por Último Reducto]

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Primero discutiré algunos aspectos de su metodología en general:

1.  En el texto dice usted “El calificativo, ‘no humano’, está implícito en la etimología del término ‘medioambiente’ [‘environment’]” y, siguiendo a Langdon Winner, define usted “medioambiente” [“environment”] como “‘algo que rodea’-algo externo a la humanidad”.

Empecemos por la definición de Winner, ¿qué significan aquí “externo” y “humanidad”? ¿Significa “externo” simplemente que algo rodea a otra cosa (la humanidad en este caso concreto) o significa algo más concreto, como ser “ajeno a”, “independiente de”, “sin ninguna relación con” y cosas por el estilo? Todo lo que rodea a algo está a su alrededor y fuera de ello, pero esto no implica necesariamente que no tenga ninguna relación con ello. Algunas cosas que rodean a otras pueden incluso estar bastante relacionadas con ellas. En este caso concreto, el entorno que rodea a los seres humanos puede estar (al menos parcialmente) constituido por cosas que han sido sustancialmente alteradas, hechas o provocadas por los propios seres humanos. O visto desde otro ángulo, ¿qué significa aquí “humanidad”? ¿Se refiere sólo a los seres humanos (es decir, al conjunto de individuos humanos) o también al conjunto constituido por las cosas hechas por los seres humanos? Si “humanidad” incluye también las obras humanas o las cosas generadas por los seres humanos, entonces el medioambiente (o simplemente el “medio”, el “ambiente” o el “entorno”) estaría constituido efectivamente, según la definición de Winner, sólo por cosas no artificiales. Pero esta noción de “humanidad” sería bastante inusual en mi opinión. No soy angloparlante nativo, pero supongo que, en este contexto concreto, el término “external” [“externo”] se entendería convencionalmente sólo como aquello que está fuera de algo, pero no tanto como algo sin relación con ello o independiente de ello; y, del mismo modo, el término “humanidad” se entendería convencionalmente como el conjunto constituido sólo por todos los seres humanos, pero no también por sus obras. Así pues, cuando dice usted que “El calificativo, ‘no humano’, está implícito en la etimología del término ‘medioambiente’” y que “el ‘ecologismo’[...]se preocupa principalmente por la ecología o naturaleza no humana”, obviamente está usted confundiendo el ‘medioambiente’ en general con el “entorno no artificial” (es decir, presumiblemente, lo que aquí llama usted “naturaleza no humana”) en particular. El medioambiente es todo lo que rodea a los seres humanos, ya sea artificial o natural, es decir, hecho por el ser humano o no. La Naturaleza (no humana) es sólo la parte del medioambiente que no está constituida ni por seres humanos ni, por extensión, por sus obras/productos. Es la mayor parte del medioambiente, sin duda, pero no es todo el medioambiente. De hecho, hay una parte cada vez mayor del medioambiente que ha sido creada por el ser humano: el medioambiente artificial(izado), constituido por el conjunto de cosas hechas o modificadas sustancialmente por el ser humano (es decir, las obras humanas). En la actualidad (y desde al menos la década de los 70 del siglo XX) hay muchos ecologistas que se preocupan principalmente o únicamente por la parte del medioambiente fabricada por el hombre, tanto en teoría como en la práctica, y no tanto por la Naturaleza o el medio natural. De hecho, son la mayoría de los ecologistas actuales. Y probablemente sea así, entre otras cosas, porque el entorno más inmediato para la mayoría de la gente hoy en día es artificial o humanizado en su mayor parte o prácticamente en su totalidad.

Así que comete usted algún tipo de non sequitur cuando infiere que el “medioambiente” o “lo que nos rodea” es siempre no humano o no artificial.

De todas formas, confundir “entorno” y “Naturaleza” es ya un error enormemente extendido, no sólo suyo (de usted). Esto no le excusa, pero hace comprensible su error.


[Este intercambio es mucho más largo. Para leerlo completo en versión pdf haz clic aquí].

En busca del ecoterrorismo

 

Nota de Último Reducto: como complemento a este artículo se recomienda leer también: “Comentarios sobre ‘En busca del ecoterrorismo’” (https://ultimoreductosalvaje.blogspot.com/2025/08/comentarios-sobre-en-busca-del.html).


En busca del ecoterrorismo: el crucial caso de Unabomber

Por Sean Fleming

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INTRODUCCIÓN

Una de las principales conclusiones de los estudios recientes sobre violencia política es que los ecologistas rara vez, o incluso nunca, recurren a la violencia letal. Aunque los casos de sabotaje motivado por la defensa del medioambiente son comunes, casos de asesinato motivado por la defensa del medioambiente son difíciles de encontrar (Carson, LaFree, y Dugan 2012; Hirsch- Hoefler y Mudde 2014; Loadenthal 2017; Taylor 1998; 2003). Por lo tanto, muchos estudiosos han argumentado que “ecoterrorismo” es un término equivocado para lo que, de forma más precisa, se debería denominar “ecotaje” (Amster 2006; Cooke 2013; Loadenthal 2014; Smith 2008; Sumner y Weidman 2013; Vanderheiden 2005; Wagner 2008; Woodhouse 2014). Según las laxas definiciones de terrorismo utilizadas por muchos de los organismos encargados de hacer cumplir la ley, las cuales abarcan cualquier “uso ilegal de la fuerza o la violencia contra personas o bienes” con “objetivos sociales o políticos” (Pomerantz 1987, 14-5), el sabotaje motivado por la defensa del medioambiente es terrorismo. Sin embargo, los críticos insisten en la distinción entre violencia contra la propiedad y violencia contra las personas. “Hay una diferencia fundamental”, argumentan Sumner y Weidman (2013, 868), “entre destruir vehículos todoterreno y pilotar un avión lleno de gente para hacerlo estrellarse contra un edificio lleno de gente”. En su opinión, considerar que destruir todoterrenos es terrorismo sería tan absurdo como considerar que robar todoterrenos es secuestro.

Sin embargo, el debate sobre el ecoterrorismo va mucho más allá de la terminología. La ausencia de ataques mortales por parte de los activistas ecologistas es sorprendente, independientemente de cómo se defina el terrorismo. Incluso si el sabotaje por motivos políticos constituye terrorismo, no deja de ser llamativo que los activistas ecologistas se hayan limitado al “terrorismo” contra la propiedad. La generalización de que los ecologistas no recurren a la violencia letal -que denominaré Tesis del Ecologista Pacífico- parece ser una de las generalizaciones más sólidas que ofrece la ciencia política contemporánea. A diferencia de la Tesis de la Paz Democrática, que está notoriamente plagada de salvedades y condiciones para su aplicabilidad, la Tesis del Ecologista Pacífico puede enunciarse con una potente simplicidad: los activistas ecologistas no matan gente.

Sólo hay unos pocos presuntos contraejemplos a esta generalización. En su histórico estudio de 11.562 incidentes ilegales asociados a los movimientos ecologista y de defensa de los derechos de los animales desde 1973 hasta 2010, Loadenthal (2017) sólo encontró cuatro atentados mortales. Uno de ellos fue el asesinato en 2002 del político populista holandés Pim Fortuyn a manos de un activista a favor de los derechos de los animales llamado Volkert van der Graaf. Este atentado es un dudoso contraejemplo de la Tesis del Ecologista Pacífico por dos razones. En primer lugar, aunque hay solapamientos entre los movimientos por los derechos de los animales y los movimientos ecologistas, es un error confundirlos. Carson, LaFree y Dugan (2012, 307) han descubierto que “en comparación con los extremistas ecologistas, los grupos radicales de derechos de los animales tienen más de cinco veces más probabilidades de atentar contra las personas”. Identificaron tres casos de asesinatos llevados a cabo por activistas de los derechos de los animales, pero ninguno por activistas ecologistas (véase también Taylor 2003, 180; 2004, 244-6). En segundo lugar, el asesino de Fortuyn no estaba aparentemente motivado ni por la defensa de los derechos de los animales ni por el ecologismo. Van der Graaf afirma haber matado a Fortuyn para proteger a los musulmanes de la persecución política (Evans-Pritchard y Clements 2003; Taylor 2003, 177). Los otros tres atentados mortales del conjunto de datos de Loadenthal (2017) fueron perpetrados por Ted Kaczynski, el terrorista interno estadounidense conocido como “Unabomber”. Entre 1978 y 1995, Kaczynski llevó a cabo una campaña de atentados en nombre de la “naturaleza salvaje”, en la que murieron tres personas y otras 23 resultaron heridas. Sin embargo, su relación con el ecologismo es discutida. Mientras que algunos lo consideran un ecoterrorista paradigmático (Arnold, 1997; Barnett, 2015), otros sostienen que su afirmación de luchar por la naturaleza era poco sincera y puramente retórica (Chase, 2004; Sale, 1995).

Como uno de los pocos casos posibles de terrorismo por motivos medioambientales, el caso Unabomber es un “caso crucial” para la Tesis del Ecologista Pacífico (Eckstein 1975; George y Bennett 2005; Gerring 2007). Si Unabomber es ecologista, constituiría un importante contraejemplo a la generalización de que los ecologistas no recurren a la violencia letal; un contraejemplo que exige una explicación. Si no es ecologista, la Tesis del Ecologista Pacífico es aún más sólida de lo que sugiere la investigación anterior, porque el principal contraejemplo resultaría ser ilusorio. Por supuesto, una generalización no puede demostrarse ni refutarse con un solo caso. Pero cuando una generalización tiene pocos contraejemplos aparentes, un solo caso puede marcar una diferencia inusualmente grande en la solidez de la generalización. El caso de Unabomber es, por tanto, “crucial” para determinar la firmeza de la Tesis del Ecologista Pacífico. Mientras que una generalización con una sola excepción es muy sólida, una generalización sin excepciones es el santo grial de las ciencias sociales.

Unabomber es importante no sólo como piedra de toque para las teorías sobre el ecoterrorismo, sino también, más ampliamente, como figura influyente en la política radical contemporánea. Su manifiesto de 35.000 palabras, “Industrial Society and Its Future”, fue publicado conjuntamente por The Washington Post y The New York Times en septiembre de 1995 (Kaczynski 1995a). Se ha traducido a más de una docena de idiomas y es una fuente de ideas e inspiración para radicales de todo el espectro político, desde anarquistas a neofascistas (Fleming 2022; Hughes, Jones y Amarasingam 2022; Lubrano 2023). Sin embargo, existe poca literatura académica sobre la ideología de Kaczynski (Corey 2000; Luke 1996; Moen 2019; Taylor 1998), y ninguna de las publicaciones existentes ha hecho uso del material de archivo disponible.

El propósito de este artículo es evaluar la relación de Kaczynski con el ecologismo. Adopto aquí un enfoque dual del análisis de las ideologías, que combina lo que Freeden (1996, 3) denomina análisis “morfológico” de las estructuras conceptuales de las ideologías con el análisis “genético” de sus orígenes intelectuales. Me baso en material de archivo, no examinado previamente, de la Colección Joseph A. Labadie de la Universidad de Michigan y de la Colección UNABOM de la Universidad Pennsylvania del Oeste. Mi análisis demuestra que la ideología de Kaczynski no es ecologista, ni en su origen ni en su estructura. Aunque tiene algunas afinidades con el ecologismo radical, el anarquismo verde y el ecologismo de derechas, no encaja en ninguna de estas categorías. La ideología de Kaczynski tampoco es un tipo idiosincrásico de ecologismo que pertenezca a una categoría propia. Casi ninguna de sus ideas procede de fuentes ecologistas y sus motivaciones eran decididamente antitecnológicas más que proecológicas. Sin embargo, la Tesis del Ecologista Pacífico no sale indemne. Aunque el propio Kaczynski no es un contraejemplo creíble, su caso apunta hacia otros contraejemplos convincentes.

El artículo consta de cinco secciones principales. La primera explica mi enfoque y método y describe las pruebas de archivo que utilizo. La segunda sección examina la afirmación habitual de que Kaczynski no estaba, de hecho, motivado por las ideas que expuso en su manifiesto. Esta afirmación, de ser cierta, supondría un atajo hacia mi conclusión de que su violencia no estaba motivada por la defensa del medioambiente, sin embargo no se sostiene frente a las pruebas. Las tres secciones siguientes evalúan las supuestas afinidades de Kaczynski con tres ideologías ecologistas: el ecologismo radical, el anarquismo verde y el ecologismo de derechas. La conclusión reevalúa la Tesis del Ecologista Pacífico a la luz del caso Unabomber y extrae algunas implicaciones más amplias para el estudio de las ideologías políticas y la violencia política.

                                   [Este texto es mucho más largo, para leerlo haz clic aquí]

viernes, 9 de mayo de 2025

LECTURAS INTERESANTES V

  Lecturas interesantes V

La siguiente lista de libros recoge algunas obras que merece la pena leer, no siempre por las conclusiones a las que llegan los autores, ni por los valores y fines en los que se basan, sino simplemente porque estos libros sirven como fuentes de datos o aportan ideas y análisis interesantes a la hora de tratar de conocer y entender la realidad.

Último Reducto recomienda que, aun en caso de existir ediciones en español, se lean en versión original, dado que demasiado a menudo las traducciones al castellano dejan mucho que desear.

  • The Righteous Mind: Why Good People are Divided by Politics and Religion, Jonathan Haidt,  Penguin Books, 2012.
  • Behave: The Biology of Humans at Our Best and Worst, Robert Sapolsky, Vintage, 2017.
  • Blueprint: The Evolutionary Origins of a Good Society, Nicholas A. Christakis, 2019.
Para información acerca de otros libros interesantes, véase el apartado “Reseñas” en Naturaleza Indómita.