UN BREVE COMENTARIO ACERCA DEL "REWILDING" PLEISTOCÉNICO
Por Último Reducto
En las últimas décadas, en el mundo de la restauración ecológica,
se han planteado ciertas propuestas denominadas “‘rewilding’ pleistocénico”, de entre las
cuales destaca el “Pleistocene Park”[1]
[“Parque Pleistocénico”] de los Zimov[2].
Sin embargo, pese a su apariencia ecológica y conservacionista, éste proyecto en particular
y el “rewilding”[3]
pleistocénico en general conllevan algunos fallos fundamentales graves e implican
serias amenazas. Algunos de ellos serían:
1. Los
proyectos de “rewilding” pleistocénico se basan en la asunción de que la
hipótesis de la “matanza pleistocénica excesiva”[4]
es cierta, pero esta hipótesis no ha sido totalmente comprobada. ¿Qué pasaría
si el cambio climático que se produjo al pasar del Pleistoceno al Holoceno
fuese parcial o totalmente la causa de las extinciones de finales del
Pleistoceno? ¿Deberíamos en tal caso volver a traer de vuelta unas especies que
en realidad se habrían extinguido de forma natural?
2. Es
“jugar a ser Dios”. Implica una aún mayor manipulación humana de la Naturaleza
de la que ya se produce. Gran parte de, si no todo, el desastre ecológico en
que nos hallamos atrapados hoy en día es el resultado de que los seres humanos hayan
ido enredando con la Naturaleza cada vez más a lo largo de miles de años. Y
parece que aún no hemos aprendido la lección. Enredar con la Naturaleza y con
la evolución es el problema, no la solución. No somos dioses, ni hábiles amos o
gestores de la Naturaleza; ni podemos serlo. No somos tan diestros, sabios ni
poderosos como para gestionar, manipular y controlar activamente la Naturaleza
y la evolución y evitar al mismo tiempo la aparición de graves problemas
inesperados. Y, por tanto, ni siquiera deberíamos intentarlo.
3. La
Naturaleza y la evolución, para ser realmente ellas mismas, deberían tener
“voluntad propia”[5],
ser autónomas, salvajes, no una creación nuestra o el producto de nuestras
manipulaciones y de nuestro control. Y aducir motivos y excusas “verdes”,
medioambientalistas y aparentemente conservacionistas[6]
para interferir aún más en las dinámicas ecológicas y evolutivas no cambia el
hecho de que dichas interferencias no reforzarán su verdadero carácter salvaje,
sino que lo eliminarán. Cabe por tanto preguntarse seriamente qué significa
realmente el término “rewilding” [“reasilvestramiento”] (o “wild” [“salvaje”]),
si es que aún significa algo, cuando es usado en las teorías y proyectos del
llamado “Rewilding pleistocénico”.
4. El
“Parque Pleistocénico” se basa en un discurso teórico que tiene graves
defectos, sobre todo en lo que respecta a la ecología. Por ejemplo, según
Sergei Zimov, la tundra y la taiga no son más que ecosistemas “de baja
calidad”. De hecho, parece pensar que los únicos ecosistemas valiosos,
importantes y dignos de existir son las praderas y que el resto de ecosistemas,
y sobre todo los bosques, no son sino el resultado de la degradación de las
praderas pleistocénicas. Ha reescrito la ciencia ecológica para adaptarla a su
proyecto y fines particulares.
5. El
proyecto no es más que otro intento geoingenieril “antropocénico”, con justificaciones y enfoques ideológicos antropocéntricos y con rasgos
técnicos similares a los de otros proyectos geoingenieriles (cambiar y
controlar artificialmente la atmósfera y los ecosistemas para mantener bajo
control el calentamiento climático). Y con riesgos similares (crear o incrementar
la dependencia de la supervivencia humana y no humana respecto del control y
del mantenimiento artificiales y tecnológicos de los ecosistemas; efectos
nocivos, previstos o imprevistos, en los ecosistemas salvajes).
6. Los
ecosistemas están constituidos por muchos otros seres vivos, además de la
megafauna, tales como invertebrados, microbios, pequeños vertebrados, plantas,
hongos, etc. y todos ellos interactúan para crear y mantener el ecosistema en
su conjunto. Muchos de esos organismos ni siquiera son conocidos (y muchos
jamás lo serán) en cualquier ecosistema actual, menos aún en ecosistemas
extintos. De modo que lo que sería recuperado o desextinguido nunca sería un
ecosistema pleistocénico completo, ni siquiera nada remotamente similar. El uso
del término “pleistocénico” en expresiones tales como “Parque Pleistocénico” o
“rewilding pleistocénico” no es en realidad más que un cebo publicitario para “vender”
este tipo de proyectos hubrísticos a los patrocinadores, los estados, las
administraciones locales y las masas.
Tras ver el documental “Mammoth” (https://vimeo.com/207624364) y otra información acerca del proyecto
de los Zimov[7],
uno se queda no sólo pensando en las críticas anteriores, sino también sospechando
incluso que los Zimov (y sobre todo el hijo, Nikita) no son más que una familia
de charlatanes que tratan de mantener su medio de vida familiar (su fuente de
ingresos) a toda costa.
Mucha gente (incluidos muchos científicos) parece quedar
ingenua y superficialmente encantada con la grandiosidad y espectacularidad de
las imágenes fantásticas de megafauna pleistocénica desextinguida sugeridas por
el proyecto, de modo que pocos se percatan de sus defectos, riesgos y problemas
y piensan seriamente acerca de ellos.
Último Reducto.
Contacto: ultimo.reducto@hotmail.com
[1]
Proyecto de creación experimental de un área en el norte de Siberia en la que
se pretenden introducir diferentes especies, extintas o no, de grandes
mamíferos para, según los promotores, recrear los ecosistemas y condiciones
ecológicas de finales del Pleistoceno. Paralelamente, algunos científicos proyectan
incluso “desextinguir” (“resucitar”) ciertas especies mediante el uso de la
ingeniería genética. Estos proyectos serían ejemplos de puesta en práctica de
las teorías conocidas como “rewilding pleistocénico”.
[2]
Sergei Zimov y su hijo, Nikita Zimov.
[3]
Término inglés que, en teoría, significaría “reasilvestramiento” o
“recuperación del carácter salvaje”.
[4] La
hipótesis de la “matanza pleistocénica excesiva” o “Pleistocene overkill”
afirma que los seres humanos habrían sido el principal o único factor causante
de las extinciones de megafauna de finales del Pleistoceno y principios del Holoceno.
[5] En la
literatura conservacionista anglófona se usa a menudo la expresión
“self-willed”, literalmente “con voluntad propia”, de forma más o menos
metafórica, para referirse a la autonomía, o sea, a la tendencia a desarrollar
dinámicas propias y a funcionar en base a ellas, que es propia de los
ecosistemas salvajes. El presente comentario fue escrito originalmente en
inglés, de ahí el uso de dicha expresión.
[6] Esto
se refiere a las justificaciones que se suelen dar para llevar a cabo el
“rewilding” pleistocénico. Éstas van desde favorecer la regulación de los
flujos atmosféricos del carbono y con ellos del clima, hasta la “conservación”
o incluso el incremento de la biodiversidad y la “mejora” de los ecosistemas.
[7] Algunas de estas fuentes
de información son:
- Sergei
A. Zimov, “Pleistocene Park: Return of the
Mammoth’s Ecosystem”, Science, vol
308, 6 de mayo, 2005.
- Sergei
A. Zimov, “‘Wild Field’ Manifest”, 2014.
- “Siberia’s
Pleistocene Park: Bringing Back pieces of the Ice Age to Combat Climate
Change”, BBC News, 7 de julio, 2019: https://www.cbsnews.com/news/siberia-pleistocene-park-bringing-back-pieces-of-the-ice-age-to-combat-climate-change-60-minutes-2019-07-07/
- Martin W. Lewis, “Pleistocene Park: The
Regeneration of the Mammoth Steppe?”, GeoCurrents,
12 de abril, 2012:
http://www.geocurrents.info/place/russia-ukraine-and-caucasus/siberia/pleistocene-park-the-regeneration-of-the-mammoth-steppe
-
Martin W. Lewis, “Pleistocene Re-Wilding: Environmental Restoration or
Ecological Heresy?”, GeoCurrents, 14 de abril, 2012: http://www.geocurrents.info/place/russia-ukraine-and-caucasus/siberia/pleistocene-re-wilding-environmental-restoration-or-ecological-heresy
- “An Interview with Nikita
Zimov, Director of Pleistocene Park”, Animal
People Forum, 2 de abril, 2017: https://animalpeopleforum.org/2017/04/02/an-interview-with-nikita-zimov-director-of-pleistocene-park/
- Alan Wolf, “The Big Thaw”, Stanford Magazine, Septiembre/Octubre
2008: https://stanfordmag.org/contents/the-big-thaw