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viernes, 21 de enero de 2022

Cómo reemplazará la gente a las máquinas

Nota importante de Último Reducto


Cómo reemplazará la gente a las máquinas[1]

Por Theodore. J. Kaczynski

La ciencia de la genética está avanzando rápidamente hacia la posibilidad práctica de modificar genéticamente a los seres humanos. Pocos de entre los que no somos genetistas hemos comprendido completamente el hecho de que la ingeniería genética supone la solución a todos los problemas del mundo. Considérese el problema de la población, por ejemplo. En unos quince años, la ciencia será capaz de crear una raza de gente de tres pies[2] o menos de altura, pero con cabezas de tamaño normal para poder albergar cerebros de tamaño normal. Mediante la reducción de su estatura a la mitad, se estará reduciendo su peso a un octavo de su valor original. Así, la cantidad de oxígeno, alimento, etc. que cada persona consumirá se verá reducida a un octavo y el mundo será capaz de albergar ocho veces más gente.

Esta propuesta también implica una solución a los problemas del crimen y la violencia. Las personas con cuerpos diminutos de tres pies tendrán que usar toda su energía sólo para mantener erguidas sus cabezas y apenas les quedarán fuerzas suficientes para causarse daños físicos unas a otras. Además, a ciertos grupos especialmente seleccionados, tales como los policías o los científicos, se les permitirá tener cuerpos de tamaño normal y así no tendrán dificultades en controlar a los criminales de tres pies de altura. ¿Puede usted imaginarse a una turba de hippies drogados de tres pies de altura tratando de llevar a cabo una revuelta contra policías de seis pies de altura? Ja, ja, ja. De hecho, se podrían crear policías de diez pies de altura. 

Claro que la modificación de burdas características físicas tales como la estatura, el peso, el número de brazos y piernas, etc. sólo será el principio. Después seremos capaces de modificar en detalle la estructura química y eléctrica del cerebro. De este modo seremos capaces de eliminar toda forma de enfermedad mental. Sólo piénselo. No más hospitales mentales repletos de lunáticos. No más criminales, no más drogadictos, no más conductores imprudentes, no más comunistas, ni más reaccionarios intolerantes contrarios a la Ciencia. Es más, no habrá más infelicidad. Ya que, en lugar de esforzarnos por crear una sociedad que haga feliz a la gente –algo que la humanidad lleva intentando sin éxito desde los albores de la civilización- podríamos simplemente diseñar a los seres humanos para que sean felices sean cuales sean las condiciones sociales que existan en ese momento. Por ejemplo, podríamos fabricar trabajadores que disfruten estando desempleados y en general personas a las que les guste la ingeniería genética.  

Podremos eliminar el inútil gasto de energía que implica el sexo. Podremos dar a la gente todo el placer del sexo simplemente estimulando eléctricamente las áreas adecuadas de sus cerebros; y la reproducción podría ser llevada a cabo de un modo más eficiente sin todo ese jaleo. En vez de ser creadas mediante la unión de un espermatozoide y un óvulo, las personas podrían ser producidas en fábricas a partir de materias primas inorgánicas.

Incluso los ignorantes anti-ciencia deberían ansiar la llegada de la ingeniería genética. Estos personajes están siempre preocupándose por que la gente pueda llegar a ser remplazada por máquinas. Sin embargo, con la llegada de la ingeniería genética, cambiarán las tornas: las máquinas serán reemplazadas por gente. Por ejemplo, seremos capaces de crear personas con cuerpos minúsculos y solamente rudimentarios, pero con cerebros gigantescos que ocuparán cada uno la totalidad del volumen del Empire State. Con sus circuitos apropiadamente programados, estos cerebros serán capaces de reemplazar a las computadoras electrónicas. A lo que voy es a que cuando hayamos creado gente que funcione exactamente como máquinas, ya no hará falta fabricar más máquinas. Ya sólo fabricaremos gente.

Los individuos emocionalmente confundidos que simplemente no comprenden lo que la ciencia está tratando de hacer a menudo se asustan ante tales visiones del futuro. No entienden que no se puede parar el progreso, que no se puede dar marcha atrás al reloj. No entienden que la ciencia es poder y que por eso quienes están a favor de la ciencia siempre ganan.

De cualquier modo, si un hatajo de patanes ignorantes como esos piensan que pueden detener la marcha del progreso, van dados. Si dan problemas, reconstruiremos su ADN y los convertiremos en sapos. Y si piensa usted que esto es una broma, sólo espere  treinta años y verá de lo que seremos capaces para entonces, imbécil.

 



[1]Traducción a cargo de Último Reducto de “How People Will replace Machines”, publicado originalmente en Hattiesburg American, 1 de junio de 1980. N. del t.

[2] 1 pie = 30,48 cm. N. del t.