INTERCAMBIOS DE CORRESPONDENCIA VIII: sobre izquierdismo extremo, ideología del sistema en el futuro y fascismo.
U.R.: Respecto a su texto “Izquierdismo, sistema tecnoindustrial y Naturaleza salvaje”, me gustaría plantear algunas preguntas o ideas para que reflexione acerca de ellas:
- ¿No es acaso una contradicción que, por un lado, los movimientos juvenil y estudiantil del izquierdismo de la tercera ola sintiesen que eran muy importantes (tanto como para intentar llevar a cabo cambios en sus sociedades) y, por el otro, sufriesen de baja autoestima y sentimientos de inferioridad? ¿Cómo lo explica? ¿Como un intento de compensar lo segundo con lo primero?
- Aunque por lo general el izquierdismo ha sido un mecanismo útil para mantener, autorreparar y facilitar el desarrollo del sistema, ¿no podrían algunos tipos de izquierdismo ser a veces un impedimento para el sistema? Me explico: el izquierdismo moderado es claramente útil para el sistema, pero el izquierdismo demasiado radical no está claro que lo sea tanto. Por ejemplo, integrar a las mujeres, los negros, los gais, etc. en el sistema es bueno para éste, pero ir más allá de esto aplicando discriminación positiva, cuotas laborales, discriminación legal a grupos supuestamente “privilegiados” (blancos, varones, ricos, etc.), etc. no es algo tan claramente bueno para el sistema. De hecho, estas cosas empeoran su funcionamiento creando discriminación y malestar innecesarios, impidiendo sacar el máximo provecho de las capacidades y méritos de los individuos, etc. Si usted fuese alguien que quisiese contratar a un trabajador y hubiese disponibles varios candidatos bastante competentes que fuesen blancos y varones física y psicológicamente capaces, pero tuviese usted que dar el empleo a una persona menos competente sólo porque fuese una mujer, un negro o un minusválido, simplemente porque unas cuotas impuestas por la ley le obligasen a usted a hacerlo, ésta probablemente no sería la mejor opción para mejorar la eficiencia de su negocio. Y esto está sucediendo. En tales casos, el izquierdismo no es bueno para el sistema (a menos que yo esté pasando por alto algún otro beneficio oculto para el sistema). Su texto (como mi “Izquierdismo”) dice que el izquierdismo es bueno para el sistema, y aunque generalmente esto es verdad, hay excepciones y posibles matices.
Con esto no estoy diciendo que entonces deberíamos defender o al menos tolerar el izquierdismo en aquellos casos en los que el izquierdismo sea malo para el sistema, sólo que, primero, la realidad puede ser más compleja y que, segundo, es probable que el propio sistema tome medidas para limitar o mantener bajo control el avance del izquierdismo más allá de cierto punto (a partir del cual el izquierdismo se vuelve un impedimento en vez de una ayuda para el sistema).